martes, 1 de diciembre de 2020

Mujeres olvidadas. Concepción Aleixandre Ballester

   

Concepción nació en Valencia en el año de
1862, en el seno de una familia acomodada. Aleixandre estudió el bachillerato en el Instituto Luis Vives de la capital valenciana, consiguiendo el título en 1883. De inmediato, se inscribió en la Escuela Normal Femenina de Valencia y aprobó el examen de grado de maestra de enseñanza elemental. Aleixandre eligió un camino entonces inédito y vedado a las mujeres. Se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, para lo cual tuvo que recibir un permiso especial del rectorado.

    En aquella época, las mujeres no disfrutaban de igualdad de condiciones en el acceso a la enseñanza superior (algo que no llegaría hasta 1910) y, además, tenían que enfrentarse a la misoginia y al machismo del mundo académico. 

 

Aleixandre se graduó en 1889 con excelentes notas. De las 24 asignaturas, logró 20 sobresalientes (uno con premio y otro con honor) y fue la novena mujer española en tener un título universitario (hasta entonces todos en medicina). Se especializó en ginecología, doctorándose en Madrid, donde desarrolló su actividad profesional. 

   Asimismo, Aleixandre fue miembro de varias entidades médico-científicas. También perteneció a la Inspección Médico-Escolar de Madrid (creada en 1913). Participó en distintos simposios. Asimismo, Aleixandre tuvo un papel muy destacado en charlas divulgativas y campañas de concienciación sobre la higiene y la salud de mujeres y niños.

   En 1910, Aleixandre registró una patente (no. 47109) a favor de dos pesarios metálicos de anillos reductibles. 

 

 El dispositivo inventado por la médica española era resultado de sus propias experiencias clínicas y consistía en una anilla cuyo cuerpo estaba hecho de aluminio y llevaba unos muelles de acero niquelado que proporcionaban la suficiente elasticidad para una fácil inserción en la vagina sin tener que rasgar la vulva y sin que se deslizara hacia fuera una vez introducido. No obstante, esta patente no llegó a pasar el preceptivo trámite de su puesta en práctica y terminó caducada en 1912. Aún así, es probable que utilizara su invento en su habitual trabajo facultativo.

Aleixandre estuvo interesada en ampliar conocimientos y estar al tanto de novedades tecnológicas y farmacológicas. En 1908, Aleixandre viajó a clínicas extranjeras de Francia, Suiza y Alemania para conocer de primera mano los progresos en la ciencia médica.

  Además, su nombre y su prestigio sirvieron para difundir aparatos y productos terapéuticos. 

 

Aleixandre también desarrolló una intensa actividad humanitaria. En 1911, participó en la creación del Comité Femenino de Higiene Popular, sociedad benéfica privada que llegó a presidir en 1916 y cuyo principal objetivo era la difusión de los principios higiénicos entre las familias humildes madrileñas, organizando para ello conferencias divulgativas, premios, colonias escolares infantiles o el establecimiento de la Casa de Higiene del Niño (1918). En 1913, fundó y presidió Protección Médica, institución privada dedicada al pensionado de viudas y huérfanos de médicos, así como de doctores incapacitados para el trabajo, mediante la creación de una casa de retiro y un colegio-asilo.

  Igualmente, Aleixandre destacó en el asociacionismo feminista de la época. Al menos desde 1905, formó parte de la dirección de la Sección de Señoras (o Junta de Damas) de la Unión Ibero-Americana de Madrid, dedicada a mejoras sociales de la mujer en cuestiones como la educación, las oportunidades laborales o la salud.  En 1914, apoyó la candidatura de la escritora Emilia Pardo Bazán (1851-1921) para su ingreso en la Real Academia Española. En 1918, participó en la creación de la Unión de Mujeres de España (UME), organización sufragista, aconfesional, interclasista y próxima al socialismo, de la que llegó a ser su presidenta (1920) y en la que militaron personalidades como la aristócrata francesa Lilly Rose Schenrich (1864-1936), las periodistas Carmen de Burgos Seguí (1867-1932) y Carmen Nelken Mansberger (1900-1966) o la escritora María Lejárraga García (1874-1974). En 1919, fue nombrada vicepresidenta del Consejo Nacional de Mujeres.

  En 1920, recibió la presidencia honorífica de las Juventudes Universitarias Femeninas y tomó parte en la fundación de la Cruzada de Mujeres Españolas (CME), responsable de la primera manifestación feminista en España, ocurrida en 1921 ante las Cortes Generales con el fin de demandar la igualdad de derechos con los hombres (especialmente en lo referente al voto y a la participación política), el establecimiento del divorcio, la investigación de las paternidades irresponsables, la abolición de las leyes discriminatorias o de la diferencia entre hijos legítimos e ilegítimos.

 

En 1926, Aleixandre fue socia fundadora del Lyceum Club Femenino Español, concebido como espacio de encuentro apolítico y aconfesional para la defensa de los intereses morales y materiales de las mujeres, en apoyo de su desarrollo educativo, cultural y profesional, mediante iniciativas económicas, científicas y artísticas, el fomento del espíritu colectivo, el intercambio de ideas, la confraternización emocional, la organización de obras sociales y de conferencias. Aleixandre fue encargada de presidir el comité organizador del primer Congreso Español de Abolicionismo, partidario de suprimir la prostitución reglamentada e incluir el delito sanitario en el Código Penal.  En 1928, fue promotora y presidenta de honor de la Asociación Nacional de Mujeres Médicas junto a otras colegas como las oftalmólogas Elisa Soriano Fischer (1891-1964) y Trinidad Arroyo Villaverde (1878-1959).

  Consideraba el feminismo como un movimiento pacifista, generador de prosperidad económica y consustancial al progreso. Concepción Aleixandre falleció en Valencia. 


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