El origen de la Huerta de la Partida hay que buscarlo en el siglo XVI. Fue entonces cuando la familia Vargas, una de las más influyentes de Madrid, se hizo construir una casa de campo. Era 1519 y el edificio se conoce desde esa época como Palacio de los Vargas.
Esta casa de campo, que da nombre al gran parque forestal de la capital, contaba con una huerta para abastecerse de frutas y hortalizas. Felipe II compró la casa a los Vargas y ordenó ajardinar y acondicionar lo que sería su área de recreo. Cuentan que estando el rey Felipe II en esta Huerta, recibió la noticia de que Portugal pasabaregido por el.
En el plano de Texeira de 1656 vemos la zona poblada de cultivos y regada por el arroyo Meaques. Durante siglos la Huerta de la Partida ha conservado su carácter agrícola a las afueras de Madrid.
Con la Segunda República los terrenos se cedieron al Comité de Plantas Medicinales del Ministerio de Agricultura. Parece ser que entonces los madrileños se aficionaron a recolectar este tipo de plantas.
Durante la Guerra Civil este espacio se convirtió en campo de batalla, por lo que quedó arrasado. Más tarde pasó a ser de titularidad municipal y se reconstruyó. Con la construcción de la M-30 quedó un tanto aislada.
La Huerta de la Partida es un espacio natural al lado derecho del rio Manzanares. 38.000 metros cuadrados que se puede visitar a pie en una de las zonas más tranquilas de la capital.
El gran cambio vino, ya en el siglo XXI, con la reordenación de la zona y la creación de Madrid Río. En la actualidad, la Huerta de la Partida cuenta con una flora cuidada y es accesible a pie desde el centro. Puedes cruzar el río por el Puente del Rey, atravesar la Puerta del Rey y tomar la entrada de la izquierda.
Ahora cualquiera puede recorrer la Huerta por sus senderos. En su paseo, el visitante se va a encontrar con gran variedad de árboles frutales, rememorando el uso histórico de este espacio. Almendros, avellanos, higueras, olivos son algunas de las especies que va a encontrar.
Algunas hileras de árboles mantienen el concepto de terreno cultivado, así como las hortalizas plantadas. Cuando lo visites, no será extraño que encuentres personal en trabajos de mantenimiento.
No se distingue el arroyo Meaques, cuyo cauce desembocaba en el Manzanares. Lo que sí hay es un cauce sin agua que recrea lo que fue el Meaques. Pero, además, en alguna zona verás agua estancada que da un aire más bucólico al entorno.
En la parte más alta de la Huerta de la Partida se ha instalado un mirador muy interesante. Desde su pequeña plataforma se divisa no sólo la Huerta, con sus árboles y sus caminos. También intuimos la línea de Madrid Río y distinguimos la cornisa de Madrid desde el oeste.
Según el Centro de Educación Ambiental Casa de Campo, el mirador se encuentra en el lugar exacto en el que el pintor Anton van Wingaerde dibujó la primera panorámica de Madrid en el siglo XVI.
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