La fuente de Apolo está ubicada en el jardín del Príncipe de Aranjuez, fue encargada por Carlos IV, siendo terminada ya en época de su hijo Fernando VII.
Apolo, hijo de Júpiter y Letona, es el dios de la poesía y la música. En esta fuente se muestra sentado sobre unas piedras que representan el monte del Párnaso, lugar donde habitan las musas que le dan la inspiración en sus artes.
En la escultura principal Apolo está representado con una corona de laurel en la cabeza, el pelo largo y rizado, manteniendo en su mano una lira que simbolizan la música y la armonía del cielo. Su cuerpo esbelto está cubierto parcialmente por una sábana y a sus pies hay un carcaj con flechas. A su espalda se pueden admirar cuatro columnas corintias formando un semicírculo con unos capiteles rematados por seis cisnes con las alas desplegadas cuyo significado es la inmortalidad del dios representado. En la parte inferior, entre las columnas hay seis alcachofas de las que mana el agua.
A ambos lados del conjunto se ubican dos columnas en cuyo interior habitan las cabezas de unos amorcillos, y en su parte superior se observa otra pareja de estos seres sujetando unas pequeñas fuentes coronadas por un pez. Las columnas están hechas en mármol de carrara, el resto de las figuras son de bronce y están pintadas de verde. Actualmente la figura de Apolo que vemos en el centro de la fuente no es la original, esta realizada en fibra de vidreo; la original procedía del conjunto Apolo y las Musas, del palacio de la Granja, pero fue trasladada a Aranjuez por Carlos IV, hasta su retorno a la Granja en el año 2000. Por detrás, un semicírculo de cipreses.
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