La entrada se efectuaba por dos portales opuestos el principal a Gran Vía y el de servicio a Caballero de Gracia que se comunicaban entre sí por un paso cubierto y conducían a sendas escaleras iluminadas por dos patios abiertos en el eje central, complementados con otros dos laterales dispuestos en cruz para proporcionar luz y ventilación a las viviendas, aunque sin lograr evitar las alcobas "a la italiana" sin ventilación directa; disponiéndose las estancias principales salón, comedor y gabinetes en las crujías a las calles adyacentes, y las de servicio hall, despacho, cocina, office, baño, aseos, y algún dormitorio en torno a los patios antedichos.
El estilo utilizado se podría definir como ecléctico regionalista, pues según la memoria que escribió el propio autor para optar a los Premios del Ayuntamiento a los edificios mejor construidos en el año 1922 donde obtuvo un tercer galardón "no tiene esta fachada estilo determinado, únicamente elementos y composición que sugirieron a su autor presentar un exterior de aspecto español. Los dobles aleros y escasa decoración dejan campo abierto al material pétreo de sus muros para expresar con la sencillez la riqueza de los materiales empleados, que por sí mismos caracterizan la arquitectura propiamente española".
Destacan la calidad de la sillería utilizada, que combina el granito de las pilastras del basamento con la caliza de los paramentos, reservándose la blanca de Colmenar de Oreja para zapatas, cornisas, escudos y otros detalles decorativos. Asimismo hay que reseñar la rejería de los antepechos de los balcones, la labra de los canecillos de madera, y la cerámica que rellena los antepechos de ventanas y las enjutas sobre los arcos del último piso, ejecutada por la fábrica talaverana de Ruiz de Luna sobre diseños atribuidos a Francisco Arroyo.
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