martes, 21 de marzo de 2023

Palacios y casas de Madrid. Gran Vía Nº 7.

    

  La compañía de seguros La Estrella adquirió este solar y encargó al arquitecto Pedro Mathet Rodríguez, la redacción del proyecto de un nuevo edificio residencial, con el habitual programa que preveía un sótano para servicios generales y almacenes de las dos tiendas pasantes en planta baja, reservando el entresuelo para oficinas y los cinco pisos superiores para viviendas de lujo en alquiler, con dos pisos por planta; mientras que la azotea acogía lavaderos y tendederos.

   La entrada se efectuaba por dos portales opuestos el principal a Gran Vía y el de servicio a Caballero de Gracia que se comunicaban entre sí por un paso cubierto y conducían a sendas escaleras iluminadas por dos patios abiertos en el eje central, complementados con otros dos laterales dispuestos en cruz para proporcionar luz y ventilación a las viviendas, aunque sin lograr evitar las alcobas "a la italiana" sin ventilación directa; disponiéndose las estancias principales salón, comedor y gabinetes en las crujías a las calles adyacentes, y las de servicio hall, despacho, cocina, office, baño, aseos, y algún dormitorio en torno a los patios antedichos. 

 La fachada se define con un zócalo comercial de doble altura, ritmado por pilastras coronadas por zapatas que sostienen una imposta corrida donde descansan los balcones volados de forja del piso principal y tres miradores uno central y dos laterales, con triple y doble altura, respectivamente ; rematándose el conjunto con un ático recorrido por una arquería sobre columnillas jónicas, coronada por un poderoso alero volado que se interrumpe en ambos extremos para dejar pasar sendos torreones en eje con los miradores laterales antedichos, y que se coronan igualmente por arquerías y aleros de madera cubiertos de "teja esmaltada de Talavera".

 
 El estilo utilizado se podría definir como ecléctico regionalista, pues según la memoria que escribió el propio autor para optar a los Premios del Ayuntamiento a los edificios mejor construidos en el año 1922 donde obtuvo un tercer galardón "no tiene esta fachada estilo determinado, únicamente elementos y composición que sugirieron a su autor presentar un exterior de aspecto español. Los dobles aleros y escasa decoración dejan campo abierto al material pétreo de sus muros para expresar con la sencillez la riqueza de los materiales empleados, que por sí mismos caracterizan la arquitectura propiamente española".

   Destacan la calidad de la sillería utilizada, que combina el granito de las pilastras del basamento con la caliza de los paramentos, reservándose la blanca de Colmenar de Oreja para zapatas, cornisas, escudos y otros detalles decorativos. Asimismo hay que reseñar la rejería de los antepechos de los balcones, la labra de los canecillos de madera, y la cerámica que rellena los antepechos de ventanas y las enjutas sobre los arcos del último piso, ejecutada por la fábrica talaverana de Ruiz de Luna sobre diseños atribuidos a Francisco Arroyo. 

   Recientemente ha sido reformado para convertirlo junto con su vecino del nº 9 en el hotel Catalonia Gaudí, según un integral proyecto de reordenación interior del arquitecto Romà Arañó Güell que ha implicado la destrucción de muchos de los motivos decorativos interiores; y aunque las fachadas se han restaurado adecuadamente, han perdido en el proceso las placas cerámicas que rellenaban los marcos entre las ventanas de la planta tercera con el texto "LA ESTRELLA / S.A / DE SEGUROS / CAPITAL DESEMBOLSADO / 10,000000 / DE / PESETAS" y que han sido sustituidas por inexpresivas placas de mármol con el anagrama "HC" de los actuales propietarios.

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