La escalera principal del edificio esta decorada con pinturas murales es un ejemplo paradigmático tanto de escalera renacentista española como de pintura mural del siglo XVII.
Según las primeras referencias, una de las remodelaciones que hizo Alonso Gutiérrez al adquirir la finca en 1526 fue la construcción de un patio a la italiana. En uno de los ángulos de éste encontramos una imponente escalera de dos tiros con un gran rellano central, inserta en una caja mural diáfana y abierta al patio central, que comunicaba el patio inferior con un segundo nivel.
Un tipo de escalera nítidamente español, encajada dentro del renacimiento toledano, cubierta por las vigas de madera que se encuentran debajo de la pintura de la falsa bóveda. Las reformas posteriores modificaron el efecto y la relación espacial que mantenía ésta con el resto del edificio. Primero se cerraron los dos pisos del claustro y se cerró el gran vano que comunicaba la escalera con el salón que ocupaba la panda norte, anulando todo ello el carácter diáfano y moderno que debió tener esta escalera, y posteriormente se cubrió el techo.
En el primer rellano de la escalera junto a la puerta de entrada al refectorio, se observan diversas escenas de carácter ilusionista. En la pared norte la representación de un jardín con una estatua de san Juan Bautista en primer termino. Al fondo un altar con la representación del Noli me tangere, y en la pared oeste una logia y un altar dedicado nuevamente al santo en el fondo. Todo este primer rellano se encuentra decorado con simulaciones de mármoles de tonos rojizos y verdes y águilas.
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