martes, 3 de septiembre de 2024

Teatro. DÄMON. El funeral de Bergman - Angélica Liddell

 






DÄMON. El funeral de Bergman - Angélica Liddell

Del 13 al 20 de septiembre de 2024



Angélica Liddell es creadora de unos espectáculos que no ofrecen concesiones al público. Ahora, en Dämon. El funeral de Bergman, la artista lleva a escena el sepelio del conocido cineasta.

En Vudú (3318) Blixen, Liddell celebraba su propio funeral, una ceremonia hecha de imágenes poéticas que ya contenía referencias al cineasta Ingmar Bergman. Fue el primero de una serie de funerales escénicos que se aproximan a la idea de la muerte desde el momento en que se empieza a presagiar su llegada. Si Vudú era un viaje al funeral de la propia artista, en Dämon confirma los demonios que la rodean bajo la influencia de Ingmar Bergman. La trilogía terminará con Eón, o la lucha de Liddell “por desaparecer totalmente del escenario”, como ella misma anuncia.

Liddell es de las creadoras escénicas más vistas y aplaudidas, poseedora de una extensa trayectoria internacional que tuvo un momento de inflexión cuando, en 2010, se vio con gran éxito en Aviñón La casa de la fuerza. Ganadora de premios de tanto prestigio como el León de Plata de la Bienal de Venecia.

Sinopsis

En Dämon asistiremos al funeral que Bergman diseñó para sí mismo, aunque también veremos referencias a las creaciones preferidas del autor, como El sueño, de Strindberg, una de las obras que Bergman puso repetidamente en escena. En Dämon la representan de nuevo los mismos actores y actrices que luego recrearán el funeral de Bergman, unos intérpretes procedentes del Dramaten, el principal teatro de Suecia, donde el propio dramaturgo y cineasta se formó, donde trabajó muchos años y desde donde transformó la escena de su país.

Demonios, sueños y fantasmas en una creación en la que vemos a un Bergman que aspira, en sus últimos días, a una muerte dulce, que sigue en directo por televisión el funeral del papa Juan Pablo II y que encarga una caja de madera exactamente igual a la que se utilizó para el Santo Padre para su propio entierro. El de Juan Pablo II fue un funeral multitudinario retransmitido para el mundo entero. Del de Bergman poco se sabe, aunque ahora llega a escena tal como él mismo lo diseñó, incluyendo los himnos que se habrían cantado y las interpretaciones musicales que habrían sonado. 

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