sábado, 14 de diciembre de 2024

Madrileños célebres. Teodoro Ardemans

     

   Teodoro Ardemans nació en Madrid en el 1661, de padre alemán, miembro de la guardia de corps en la que también él ingresó. En realidad fue pintor, grabador, tratadista y arquitecto. 

    Inició su formación como pintor en el taller de Antonio de Pereda.  A la muerte de este, cuando Ardemans contaba dieciséis años, debió de estudiar con Claudio Coello, según ponen de manifiesto algunas de sus obras pictóricas conservadas.

    Su trabajo como pintor se centra en los primeros años de su actividad conocida. En 1683, a poco de contraer su primer matrimonio con Isabel de Aragón, recibió el encargo de pintar el techo de las escaleras del Hospital de la Venerable Orden Tercera en Madrid, obra menor y puramente decorativa, y tres años después las pinturas al fresco acabado al temple de la sacristía de la capilla del Cristo de los Dolores, también de la VOT, con una apoteosis celeste entre arquitecturas fingidas conforme a la técnica de la quadratura introducida en Madrid por Agostino Mitelli y Angelo Michele Colonna.   

   De entre las escasas pinturas al óleo conservadas destaca una pintura de altar fechada en 1686 de la Virgen del Rosario con santa Catalina y santo Domingo (colección privada), en la que se revelan influencias de Coello y Carreño en composición y tipos humanos, pero con un color veneciano que es todavía de Pereda.

       En 1690 participó en las decoraciones festivas con motivo de la entrada de la reina Mariana de Neoburgo en Madrid, encargándose de la pintura de los jeroglíficos que debían figurar en la calle de los Espejos. Pero en 1701, con ocasión de la entrada de Felipe V, ocupado cada vez en mayor medida en tareas arquitectónicas, ya no será él quien ejecute las pinturas de los espacios escenográficos para los que, sin embargo, iba a proporcionar las trazas, como el del Monte Parnaso del que se conserva el dibujo en la Biblioteca Nacional de España.   

  Se sabe que realizó quince planchas grabadas a buril, de las que tres se decía habían sido hechas por él, un San Mateo, una tarjeta y algunos instrumentos de arquitectura, confirmando una relación con el grabado que comenzó con su participación en el frustrado proyecto de recoger en un libro los arcos y adornos conmemorativos de la entrada de la reina María Luisa de Orleans.

   En 1688 obtuvo por oposición la plaza de maestro mayor de la catedral de Granada. Dos años después retornó a Madrid, encargándose interinamente de las obras de su Ayuntamiento como teniente de maestro mayor, hasta ser nombrado maestro mayor de ellas en 1700. Nombrado por Felipe V en 1702 maestro mayor de las obras reales y en 1704 pintor de cámara sin gajes y ayuda de la furriera. En su condición de maestro mayor de las obras de la corona trabajó en la rehabilitación del palacio de Aranjuez.   

   En 1718 FelipeV mandó a Ardemans  para el palacio de la Granja que diseñase construcciones para aumentarla por mediodía y norte y para construir una capilla sin demoler cosa alguna de lo antiguo, idea de la que proviene la irregularidad del actual palacio y su aspecto de conjunto de añadiduras, concluido tras las intervenciones de Ardemans con una fachada en estilo italiano de Andrea Procaccini.  Enfermo de gota, hubo de valerse de su discípulo Francisco Ortega para hacer las trazas del retablo de jaspes y bronces de la colegiata de San Ildefonso, labrado en Madrid, y se hallaba ocupado en concluirla cuando falleció a principios de 1726.

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