miércoles, 29 de enero de 2025

Palacios y casas de Madrid. Palacio de la condesa de Adanero.

   

  El palacio de la condesa de Adanero se sitúa en el inicio de la calle de Santa Engracia Su solar formaba parte de los terrenos de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, hasta que en  1889, fueron comprados por Manuel González-Longoria, José Marañón y José García de Castro, dividiéndose en siete solares edificables, de los cuales uno fue adquirido en 1910 por la condesa viuda de Adanero, Josefa Fernández Durán y Caballero.    

  La condesa encargó el diseño de su nueva residencia a Joaquín Saldaña, el arquitecto favorito de la aristocracia madrileña en esos momentos.Las obras fueron ejecutadas por Mariano Carderera, siguiendo los planos de Saldaña sin apenas modificarlos. Las obras comenzaron en 1911, concluyéndose en 1913, dando como resultado uno de los mejores diseños de Saldaña y uno de los palacios mejor conservados de la ciudad.  

    El edificio presenta una tipología de hotel exento con jardín, con una compleja distribución interior, ya que cuenta con un semisótano, tres plantas, ático y dos entreplantas camufladas, ocupados por la residencia principal de la condesa, así como por dos viviendas dúplex para dos de sus cuatro hijos. En el semisótano se localizaba la vivienda del portero, los dormitorios y el comedor de los criados, las cocinas, bodega, despensa, sala de costura, planchador y lavadero para el servicio de la condesa, además de la carbonera, caldera y maquinaria del ascensor de todo el edificio.

  La planta baja albergaba la zona de representación con la escalera principal, el gabinete, el salón, el fumoir, el comedor con serre, a modo de mirador, el oratorio y la habitación de invitados. En la primera planta se situaban las habitaciones privadas de la condesa, con dos entresuelos para las habitaciones de su servicio y una oficina con archivo. En la segunda planta, la altura de los altos techos se reduce dos metros, entrándose en las viviendas ocupadas por sus hijos, con una superficie y número de piezas similar, y la típica distribución de las casas de renta de la alta burguesía: antesala, secuencia de salón, despacho, gabinete y comedor. Los alzados de las tres fachadas exteriores no evidencia esta complejidad de niveles, buscando el equilibrio y una gran homogeneidad. De este modo, podemos encontrar en ellas huecos diferentes en su tratamiento exterior para iluminar una misma estancia, y a la inversa. Saldaña recurre al copioso repertorio francés de los denominados «estilos luises» con el uso de pilastras cajeadas, orejetas, cadenetas, frontones curvos y la mansarda ligeramente retranqueada.

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