viernes, 5 de febrero de 2016

Estatuas de Madrid - Eloy Gonzalo "Cascorro"

   Eloy Gonzalo, más conocido por "Cascorro", se crió en la inclusa de Madrid. Residió en San Bartolomé de Pinares y posteriormente en Chapineria, donde fue trasladado su padre adoptivo, guardia civil de profesión.  De nuevo queda huérfano y es acogido por otra familia con la que estuvo hasta los 21 años, cuando fue reclutado para el ejército.
    Destinado al Regimiento de Infantería María Cristina núm. 63, en la localidad de Puerto Príncipe, provincia de Camagüey en Cuba, adonde llega en noviembre de 1895.
El 22 de septiembre de 1896 una partida de unos tres mil insurrectos, al mando de Máximo Gómez y Calixto García, cercó la pequeña población de Cascorro, no lejos de Puerto Príncipe.
El 26 de septiembre la situación del destacamento español se hizo tan comprometida que la única solución era volar un bohío desde el cual causaban graves daños a la guarnición.
   Eloy Gonzalo se presentó voluntario para prender fuego a la posición de los insurrectos cubanos. Dice la leyenda que pidió ser atao con una cuerda, se deslizó hacia las posiciones insurrectas, prendiéndoles fuego y regresando indemne a su posición, la cual fue liberada pocos días después por una columna española al mando del general Adolfo Jiménez Castellanos (1844–1929).
Eloy Gonzalo tomó parte en más acciones militares, siendo condecorado con la Cruz de Plata al Mérito Militar, pensionada con 7,50 pesetas mensuales. Sin embargo, fallecería en el Hospital Militar de Matanzas a consecuencia de una enfermedad. Sus restos fueron repatriados en el vapor San Ignacio llegando a Santander en diciembre de 1898 junto a los restos de los generales Santocildes y Vara del Rey. Su cuerpo reposa en un mausoleo del Cementerio de la Almudena de Madrid junto a los de otros muertos durante los conflictos de Cuba y Filipinas.
    La gesta de Eloy Gonzalo apenas tuvo relevancia militar por sí sola, pues en la defensa del poblado de Cascorro fueron decisivas las actuaciones de varios soldados como por ejemplo la de Carlos Climent Garcés, quién salvó las vidas de sus compañeros heridos llevándolos a la enfermería en medio de los ataques del poblado de Cascorro, calificados estos hechos como heroicos por el propio Coronel Sesina. Sin embargo, la figura del héroe de Cascorro se hizo muy popular en la figura de Eloy Gonzalo en España, olvidando a su compañero Carlos Climent Garcés, probablemente por la condición de expósito de Eloy y por la necesidad de exaltar un rasgo de heroísmo individual en una guerra.
En el mismo año 1897 el Ayuntamiento de Madrid decidió homenajear a este héroe. Para ello, le dedicó una calle (la calle de Eloy Gonzalo) y levantó una estatua en el popular Rastro. La estatua fue esculpida por el escultor segoviano Aniceto Marinas y el pedestal por el arquitecto López Sallaberry  e inaugurada en 1902 por el rey Alfonso XIII. Se trata de una estatua tremendamente descriptiva, que muestra a un soldado común, rifle al hombro, llevando una soga y una lata de petróleo. Más tarde, un acuerdo municipal del año 1913 bautizó esta plaza con el nombre de Nicolás Salmerón, nombre que conservó hasta que la popularidad del héroe dio paso a la denominación oficial de plaza de Cascorro. 


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