Fuente de Apolo, la maltratada.
La Fuente de Apolo forma parte de la actuación urbanística del siglo XVIII denominada Salón del Prado, que la situaba en el centro de un paseo entre la Fuente de Cibeles al norte y la Fuente de Neptuno al sur.
A la Fuente de Apolo también se la conoce como Fuente de las Cuatro Estaciones, debido a las cuatro efigies que rodean la fuente y que representan a cada una de las estaciones del año.
De las tres fuentes monumentales del Paseo del Prado, la de Apolo es quizá la menos popular y visitada. La de Cibeles acapara mucho interés por su ubicación en la plaza de Cibeles, ante el Palacio de Cibeles, en el paso entre la Puerta de Alcalá y la Gran Vía; y se ha popularizado aún más por ser el lugar elegido por la afición del Real Madrid para celebrar los éxitos deportivos de su equipo.
La de Neptuno se encuentra en medio de la plaza de Cánovas del Castillo, entre el Museo del Prado y el Museo Thyssen Bornemisza, entre los hoteles Ritz y Palace; y también se ha popularizado por ser el lugar elegido por la afición del Atlético de Madrid para celebrar los títulos conquistados por los suyos.
En cambio la Fuente de Apolo es un conjunto escultórico que no se ve de paso, hay ir expresamente a visitarla, o encontrarla casualmente en un paseo por el bulevar del Prado. Ninguna gran afición deportiva la ha adoptado para sus concentraciones.
Se encuentra en un ensanchamiento de la acera central del Paseo del Prado que forma una lonja o plaza de piedra, rodeada de árboles que tienden a ocultarla y limitada por las dos calzadas de tráfico rodado que surcan Madrid desde Atocha hasta Cibeles desde las que apenas se distingue. El edificio a su espalda, de un color grisáceo que parece camuflar la piedra de la escultura, hace que apenas destaque. A pesar de su ubicación central, se puede decir que la Fuente de Apolo es la peor tratada de las tres fuentes que conformaron el Salón del Prado.
Historia:
Aunque se empezó a construir al tiempo que sus hermanas de Cibeles y Neptuno, la Fuente de Apolo no se concluyó hasta 1802, cuando se remató con la estatua de Apolo que la corona.
Entre los motivos del retraso se suele señalar la falta de piedra del tamaño suficiente. Aunque se promovió durante el reinado de Carlos III, la fuente se inauguró en el reinado de su hijo y sucesor Carlos IV en 1803, se dice que para conmemorar el enlace del entonces príncipe heredero, Fernando VII.
En la reforma del Paseo del Prado de 1952 se ajardinó el entorno y se creó la lonja alrededor del conjunto para disfrutar más de su contemplación. Ya en los años 90 se llevó a cabo una reforma que incluyó reparaciones, limpieza, impermeabilización y revisión del sistema de alumbrado.
Descripción:
La Fuente de Apolo, obra característica del neoclasicismo español, está coronada por la figura de cuerpo entero y desnudo de Apolo, que lleva una lira en su mano izquierda. Debajo, y rodeándolo, se encuentran las figuras de las Cuatro Estaciones, que llevan sus atributos respectivos: un canasto con flores, un haz de espigas, una corona de pámpanos y un racimo de uvas.
Un poco más abajo y a los lados, se adosan a la pared las máscaras de Circe y Medusa, de las que surten sendos chorros de agua que caen sobre una sucesión de pilones crecientes en tamaño en sentido descendente que van rebosando hasta precipitarse en los dos estanques circulares de los lados.
En la cara frontal del pedestal, en forma de pergamino, se lee la siguiente inscripción:
D.O.M. – S.P.Q.M. – CAROLO III – A.V.G. P.P. – D.D. – MDCCLXXVII
Apolo fue un dios de la mitología griega, hijo de Zeus y de Leto y hermano de Artemisa, que solía asociarse con la luz del sol y las artes. Tradicionalmente se le ha representado con arco y flechas o con una lira. En el caso de la fuente madrileña, se dice que Apolo hace la función del monarca de vigilar a la población desde su posición central.
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