En la parte inferior del pedestal existe una figura alegórica femenina sosteniendo el escudo de Madrid. Un poco más arriba un letrero dedicando el monumento a nuestro personaje y en las caras contiguas dos alegorías en bronce.
Una de ellas representa al mar en recuerdo de su estancia en Fomento y la designación de puerto francos a los puertos canarios. La otra es una alegoría de la creación del Canal de Isabel II en la que se dominan las aguas.
Inicialmente estuvo ubicado en el centro de la glorieta de Bilbao y actualmente esta colocado en la esquina de las calles Bravo Murillo y José Abascal, lugar poco visible.
Juan Bravo Murillo, nace en Fregenal de la Sierra en el año de 1803. Se crió es en esta población, entonces andaluza, pues poco después vendría la configuración actual de las provincias españolas.
Allí estudió sus primeras letras y a los doce años ya estudiaba Filosofía en el convento de San Francisco.
Marcho a Sevilla a estudiar Filosofía y Teología e incluso comienza a estudiar Derecho, carrera que acabara en Salamanca.
Profesor en la Universidad de Sevilla, monta un despacho de abogados y gracias a ello y a haber resuelto ciertos casos que le dieron fama, es nombrado Fiscal de la Audiencia Provincial de Cáceres, puesto que dejo para trasladarse a Madrid, donde comenzaría su carrera política en el partido Moderado.
Es entonces cuando realmente comienza su ascenso al poder y asume en distintos momentos varias carteras ministeriales como Fomento, Justicia y Presidente del Consejo de Ministros.
Gracias a él, Madrid dispone de la conducción de aguas del Canal de Isabel II, entre otras cosas, obra que aun a costo elevado consiguió abastecer a Madrid del agua del Lozoya.
Por crueldades de la política Bravo Murillo tuvo que presenciar la inauguración oficial del abastecimiento desde el público.
Murió en Madrid en 1873 a los setenta años de edad.
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