La Torre de Belém se erige a orillas del Tajo, sobre la antigua playa Restelo, desde donde partían las carabelas rumbo a otros continente.
La torre data del siglo XVI, se construyó como fortaleza para proteger la entrada al puerto a través del Tajo. Con el tiempo, su uso defensivo quedó relegado y se utilizó como centro recaudador de impuestos e incluso prisión.
Al igual que el Monasterio de los Jerónimos, sus obras comenzaron bajo el reinado de Manuel I, a cargo del arquitecto Francisco de Arruda.
En su estructura podemos observar dos elementos principales: la torre y el baluarte. La torre se reparte entre cinco pisos: en los tres primeros se sitúan la Sala del Gobernador, la Sala de los Reyes y la Sala de Audiencias; en el cuarto una capilla y en el quinto se encuentra la terraza de la torre. El acceso al monumento se realiza por el baluarte, a través de una pasarela.
La principal belleza de la torre reside en su decoración exterior, esculpida en piedra, con galerías y torres de vigilancia, almenas en forma de escudos y elementos naturalistas alusivos a las nuevas colonias, como la gárgola del rinoceronte.
La Torre es Patrimonio de la Humanidad y el símbolo de la ciudad de Lisboa.
La Torre es Patrimonio de la Humanidad y el símbolo de la ciudad de Lisboa.
Fotografía: J Ruiz
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