Más tarde se convocó otro concurso para el pedestal que ganó Joaquín Cifuentes, realizado en mármol de Alconera por un importe de 15.200 pesetas, hoy desparecido. Tenía forma circular y estaba rodeado de columnas.La inauguración de ambas estatuas tuvo lugar en 1892, instaldas inicialmente en el centro de la plaza, pero más tarde y tras la remodelación de la zona por las obras del aparcamiento subterráneo, se instalaron a ambos lados de la puerta original de la Caja de Ahorros obra del arquitecto Pedro de Ribera. Recientemente se han trasladado de nuevo y se han colocado en un lateral de la plaza.
La estatua en bronce de cuerpo entero del marqués de Pontejos, es obra del escultor Medardo Sanmartín; para la realización de la misma utilizó una fotografía de un retrato realizado al marqués por el pintor Vernet. Aparece vestido a la época de Isabel II, con cierto aire romántico aunque de rostro inexpresivo; lleva en su mano derecha unos libros y a su lado izquierdo aparecen elementos del trabajo y del ahorro: un yunque con una hucha, un haz de trigo, y un azadón. En la parte inferior del pequeño pedestal de bronce se puede leer las inscripciones talladas de la fundición: FEDERICO MASRIERA Y Cª / FUNDIDORES BARCELONA y en el otro lado la firma del escultor: MEDARDO SANMARTIN.
Joaquín Vizcaíno, marqués viudo de Pontejos, nació en La Coruña en 1790 y murió en Madrid en 1840; fundador de la Caja de Ahorros, está considerado como uno de los mejores Alcaldes que tuvo Madrid.Se inició en la carrera militar donde llegó a ser Capitán de Caballería. En 1817 se trasladó a Madrid donde contrajo matrimonio con la marquesa de Pontejos y duquesa de la Ventosa. Tras la boda se retira de la carrera militar y gracias a la amistad con Mesonero Romanos entra a formar parte de la Sociedad Económica Matritense y más tarde a fundar, con otros socios, el Ateneo de Madrid. Tras enviudar en 1834, es elegido Alcalde de la capital, llevando a cabo numerosas reformas, como la organización del sistema de calles (1), dándoles número y rotulándolas, la realización de un plano de la ciudad, la instalación del sistema de alumbrado y el empedrado de las calles. Asimismo fundó el Asilo de San Bernardino, creó los baños públicos y fue unos de los socios fundadores del Casino de Madrid.
Tras dejar la Alcaldía en 1836 funda, junto al capitalista Francisco del Acebal y a Mesonero Romanos, las Cajas de Ahorro, de las que fue nombrado primer Director; las primeras oficinas se abrieron al público el 17 de febrero de 1839 y el 17 de julio se aprobó su reglamento por Real Orden.
(1) Ya entrado el siglo XIX, la organización urbanística de Madrid era un caos insostenible. En un laberinto de calles y travesías, decenas tenían el mismo nombre. Las primeras medidas vinieron de la mano de José Vizcaíno, Marqués viudo de Pontejos, a la sazón primer alcalde constitucional de Madrid (un Estatuto Real).
El marqués cambió el nombre de 240 calles y comenzó la reforma de su numeración, con el nombre de cada una en los extremos y los pares a la derecha y los impares a la izquierda. Desde entonces, la numeración parte del punto más cercano a la Puerta del Sol y asciende conforme el recorrido de la calle va alejándose del «kilómetro 0» de España.

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