En torno a 1905, los aragoneses Francisco Martínez y Antonio Pérez abrieron nueve bodegas llamadas "El Maño", especializadas en vino de Cariñena (Zaragoza). El vino llegaba en carros y luego en camiones, se llenaban las tinajas del sótano mediante una manguera y luego el vino subía a las tinajas detrás del mostrador mediante un ingenio mecánico.
Martinez y Pérez traían el vino, mientras sus empleados de confianza se encargaban de venderlo en las bodegas. Era una especie de franquicia de entonces.
El establecimiento de la calle La Palma fue abierto en 1927. Fue renovado en los años 50 y quedó tan elegante que los vecinos la llamaron "Versalles". Su actual propietaria, Marisol Muñoz, la dirige desde 1984. Cuando adquirió el establecimiento llevaba año y medio cerrado.
Había pasado de unas manos a otras hasta que acabaron bajando la persiana. Fue una época “complicada” para Malasaña, a finales de los 80 y principios de los 90. A partir de ahí, La Palma se convirtió en lo que ahora es la calle Pez, la calle de moda del barrio de moda. Y ella aprovechó el tirón.
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Había pasado de unas manos a otras hasta que acabaron bajando la persiana. Fue una época “complicada” para Malasaña, a finales de los 80 y principios de los 90. A partir de ahí, La Palma se convirtió en lo que ahora es la calle Pez, la calle de moda del barrio de moda. Y ella aprovechó el tirón.
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El Maño no es un bar de viejos, aunque hay gente mayor. La mayoría del público “ronda los 30 años”, algo menos los fines de semana. Los clientes son, más o menos, los mismos que cuando se abrió hace ya más de 20 años.
Un lugar local precioso con ambiente animado por las tardes. Las cañas no están especialmente bien tiradas.
El establecimiento es mediano, con mesas para sentarse y banquetas en la barra. En sus paredes tinajas y algunas fotos, en el techo ventiladores antiguos y lámparas sencillas y en el suelo destaca un mosaico de terrazo que al parecer había sido realizado in situ.
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