Julia esta noche y día en la calle del Pez, 42, frente a la boca de metro de Noviciado. Allí se la puede visitar, saludar, preguntar o lo que queráis. Digo lo que queráis ya que entiendo que los lectores de este blog sois personas humanas, educadas y cívicas.
Pues si señores, como os decía, Julia lleva desde el 12 de abril de 2003, apoyando su espalda en la misma pared.
Para no mentir, tengo que decir que faltó casi un año, al tener que pasar por el hospital, debido a las lesiones que la ocasionaron unos vándalos, la rompieron el pie izquierdo, la desencajaron y la pintaron de arriba a bajo.
¡En fin, señor!
El padre de Julia, Antonio Santín Benito, escultor de profesión, la creó basándose en una leyenda del siglo XIX, la cual contaba que ante la prohibición de la asistencia de mujeres a las clases de la universidad; había una estudiante llamada Julia que se disfrazaba de chico y acudía todos los días a la Universidad Central a recibir las clases que la negaban cuatros cortos de cerebro y largos de machismo.
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