jueves, 29 de noviembre de 2018

Estatuas de Madrid. Monumento al doctor Angel Pulido Fernandez

   En el jardín del Parterre del Retiro, justo en frente del Casón del Buen Retiro, entrando por la puerta de Felipe IV, se encuentra el monumento al Doctor Angel Pulido Fernandez.
En el busto, la cara del doctor aparece representada en actitud seria y solemne, situándose sobre un pedestal de factura sencilla, en cuyo frontal leemos una inscripción que dice "AL DOCTOR / ÁNGEL PULIDO / FERNÁNDEZ / 1852 - 1932".

   En la base, vemos un conjunto escultórico formado por una mujer sedente que mira hacia el busto y que sujeta con su brazo izquierdo a un niño medio desnudo, mientras que en la mano derecha sostenía, a modo de saludo al médico, una palma, hoy desaparecida, al igual que la mano izquierda del niño. 
    A ambos lados, hay sendas columnas coronadas con sobrios jarrones carentes de decoración. Detrás, vemos un arco de ladrillo. Todo ello queda rodeado por un pequeño estanque con un surtidor cerrado realizado en piedra.

    Si bien el monumento original fue un proyecto de 1932 del escultor catalán Miguel Blay y Fábregas, éste no fue finalmente colocado. Lo que vemos es, pues, una réplica y la escultura  diseñada por el artista madrileño Antonio Cruz Collado a propuesta del Ayuntamiento de Madrid y costeada por suscripción popular que fue inaugurada el 21 de octubre de 1954.
    El busto original de Blay, permanece en poder de su familia. 
Dr. Ángel Pulido   El Doctor Pulido en un viaje a Viena, donde estudiaba su hijo, pudo comprobar como ciertos sectores de la población hablaban español, aunque empleando vocablos del siglo XVI y decidió, a su vuelta a España, trabajar intensamente por la posibilidad de ofrecer cultura española a los descendientes de los judíos sefardíes que aun seguían expresándose en Castellano; esto le llevo a escribir un buen número de artículos en periódicos y revistas reclamando la necesidad de hacer un esfuerzo para la promoción de nuestro idioma dentro de este grupo de mas de quinientos mil descendientes de españoles, expulsados de nuestro país por motivos religiosos por los Reyes Católicos en 1492. 
   Con la apertura liberal del año 1868, se pensó que España pudiera estar madura para ser un país donde se respetara la libertad religiosa, aunque en realidad no se consiguió este objetivo, hasta un siglo después.


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