Rosario nacio, según unos, en Pinto en 1851, y otros dicen, que en la calle del Fomento de la capital en 1850. Se cria en el seno de una familia de rancio abolengo aristocrático, descendiente del obispo Acuña, famoso líder comunero.
El ilustrado ambiente familiar y una grave afección ocular fomentaron una personalidad culta, sensible y con una fuerte base intelectual.
Su primera colaboración periodística se documenta en 1874, en La Ilustración Española y Americana, y su bautismo literario ocurrió el 12 de enero de 1875 en Madrid con el estreno de primera obra de teatro, Rienzi el tribuno, no había cumplido los veinticinco años de edad. No solo el público asistente, sino además críticos como Clarín o venerables dramaturgos como José de Echegaray o Núñez de Arce, le dieron su aplauso y bendición
Su labor como dramaturga continuó con el estreno en Zaragoza, el 27 de noviembre de 1878, su segundo drama, Amor a la patria (firmado con el seudónimo "Remigio Andrés Delafón"). Y dos años después, el 6 de abril de 1880, estrenó en el Teatro Español de Madrid Tribunales de venganza.
Como periodista, Rosario desarrolló todo un programa de denuncia contra la desigualdad social entre la mujer y el hombre y contra la institución que "no solo lo permitía sino que lo alimentaba" Ese espíritu beligerante la acercó a la intelectualidad progresista española masculina, convirtiéndose en la primera mujer a la que el Ateneo de Madrid dedicó una velada poética. Ocurrió en la primavera de 1884 y aunque el acto en sí no pasó de una sencilla lectura poética, no tardó en convertirse en otro episodio provocativo para unos y emblemático para los opuestos.
Con treinta y cinco años de edad, Rosario ingresó en una logia de adopción masónica, la Constante Alona de Alicante, con el nombre simbólico de «Hipatia», que aparecerá desde entonces en muchos de sus escritos; el acto de su iniciación en dicha logia se celebró el 15 de febrero de 1886. También estuvo vinculada a la logia Hijas del Progreso de Madrid en 1888 y a la logia Jovellanos de Gijón a partir de 1909. En los últimos años de la década de 1880 desplegó una gran actividad viajando por Galicia, Asturias, Andalucía y el Levante español.
En el umbral de la última década del siglo xix, Rosario de Acuña dio a luz su drama más valiente y desde luego el más famoso por atrevido y escandaloso. Como ninguna compañía estable se atrevía a ponerlo en escena, la autora creó su propia compañía, alquiló el Teatro Alhambra de Madrid, y estrenó El padre Juan en abril de 1891, resultando clamoroso el éxito y el escándalo. Obra anticlerical por antonomasia, acusando a la Iglesia católica de institución "manipuladora y moldeadora de conciencias" y echando por tierra buena parte de los intocables pilares de la sociedad burguesa.
Rosario se trasladó a la vecina Asturias y, con el apoyo del Ateneo-Casino Obrero de Gijón, inició en 1909 la construcción sobre un acantilado de su solitaria casa en "La Providencia", en la que habitaría ya desde 1911.
Murió a causa de una embolia cerebral en su casa el 5 de mayo de 1923, y fue enterrada en el Cementerio Civil de Gijón. En los diarios de aquellas fechas, ha quedado la noticia de la manifestación del pueblo asturiano.
La última crítica que realizó a la religión quedó escrita en su testamento:
"Habiéndome separado de la religión católica por una larga serie de razonamientos derivados de múltiples estudios y observaciones, quiero que conste así, después de mi muerte, en la única forma posible de hacerlo constar, que es no consintiendo que mi cadáver sea entregado a la jurisdicción eclesiástica testificando de este modo, hasta después de muerta, lo que afirmé en vida con palabras y obras, que es mi desprecio completo y profundo del dogma infantil y sanguinario, cruel y ridículo, que sirve de mayor rémora para la racionalización de la especie humana".
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