Francisco Silvela y de Le Vielleuze nacio el 15 de diciembre de 1.845. Hijo de Francisco Agustín Silvela, ministro de Gobernación y de Gracia y Justicia, vicepresidente del Congreso de los Diputados y magistrado del Tribunal Supremo, y de Luisa de Le Vielleuze y Sotés. Estudió Derecho en la Universidad Central de Madrid e ingresó en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación en 1862.
Inició su actividad política como diputado en las Cortes Constituyentes de 1870 en representación de Ávila, adscribiéndose al grupo conservador de Cánovas del Castillo.
En las Cortes de la Restauración representó al distrito abulense de Piedrahíta en los años 1876, 1879, 1881, 1884, 1886, 1891, 1896, 1898, 1899, 1901 y 1903. Entre 1894 y 1895 sustituyó a Alejandro Mon Landa como diputado por el distrito pontevedrés de La Cañiza. Fue nombrado ministro de Gobernación en el gabinete de Martínez Campos en 1879, tras haberse ocupado de la Subsecretaría de este Ministerio desde 1875. Introdujo reformas en el sistema de beneficencia que suscitaron la oposición de Francisco Romero Robledo. Destacó por su disidencia en el seno del conservadurismo de la Restauración, movimiento dentro del cual defendía un régimen político parlamentario constitucional. Discrepó de Cánovas al rechazar el sistema de turno político basado en el caciquismo y el fraude electoral, y rechazó el sistema político canovista como decadente y sin moralidad.
Cuando se produjo la ruptura entre Robledo y Cánovas a raíz de la firma del Pacto del Pardo con el establecimiento del turno político con el líder liberal Sagasta en 1881, Silvela se convirtió en el lugarteniente del líder conservador.
En el gobierno de Cánovas de 1890, ocupó el puesto de ministro de Gobernación, pero ante la reconciliación entre Francisco Romero Robledo y el líder conservador prefirió dimitir, y formar un nuevo grupo disidente: los silvelistas; con un programa en el que una parte importante era una reforma total del gobierno municipal como base para la creación de una moralidad política que impidiera el funcionamiento del caciquismo y la utilización de la política local para fines electoralistas. Pretendió realizar un proyecto regeneracionista desde arriba, que después sería continuado por Antonio Maura.
Entre 1899 y 1903 ocupó dos veces la presidencia del Consejo de Ministros incorporando a su gabinete políticos como Raimundo Fernández Villaverde, Camilo Polavieja, Antonio Maura o Eduardo Dato. En su primer gobierno acumuló también la cartera de Estado y en el segundo la cartera de Marina.
En 1903 se retiró definitivamente de la vida política no sin antes designar a Antonio Maura como su sucesor. Silvela, que en 1905 era presidente del Consejo de Administración de la Compañía MZA, falleció el 29 de mayo de 1905, a las siete y cinco de la tarde en su domicilio del número 25 de la madrileña calle de Lista.
Silvela también fue un destacado ensayista y escritor que editó obras históricas, jurídicas, ensayos y colaboró en publicaciones como La Época, La Revista de España, El Imparcial y El Tiempo. El 16 de agosto de 1898 publicó en el diario El Tiempo un famoso artículo en reacción a la pérdida de Cuba: «Sin Pulso», en el que proponía «dejar la mentira y desposarse con la verdad». Perteneció a la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y a la Real Academia de la Historia.
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