Este edificio fue proyectado en 1927 para Vicente Patuel Enrique por el arquitecto José Miguel de la Quadra Salcedo, siguiendo un programa habitual en otros inmuebles similares de la Gran Vía, con una gran sala cinematográfica a nivel de calle y otra de fiestas subterránea en el sótano.
En esta ocasión la propuesta tuvo un arranque complicado, pues las obras de edificación comenzaron incluso antes de gestionarse el permiso correspondiente.
Al final el arquitecto presentó nuevos planos modificados el 14 de junio, otorgándose la licencia definitiva el 20 de agosto de 1927. Terminados los trabajos, el "Cinema Avenida", con un aforo de 1.638 espectadores, se inauguró el 29 de septiembre de 1928 con la película muda El ángel de la calle (Street Angel), dirigida por Frank Borzage ese mismo año.
El edificio construido muestra la influencia del contiguo Palacio de la Música, aunque sin alcanzar su extraordinaria calidad. Así, la planta rectangular se organiza según una misma secuencia vestíbulo sala escenario, dispuesta a lo largo de un eje perpendicular a la fachada a la Gran Vía, que puede describirse casi como un remedo de la de aquél.
Mayor interés presentaba el vestíbulo principal, al que se accedía por un vano flanqueado por columnas jónicas pareadas similares a las de la fachada, que se abría a un espacio de doble altura del que arrancaban dos escaleras simétricas de tiro recto que conducían al primer anfiteatro, enmarcándose el paso a la sala por otras columnas similares a las citadas pero de escala colosal; debiendo destacarse la calidad de los materiales empleados, como los mármoles que revisten fustes y paramentos, o los espejos grabados que recubren el techo, en los que se reflejan las arañas de cristal.
En cuanto a la sala, aunque el edificio se planteó ya como cinematógrafo también se preveía su uso como teatro "de frivolidades y varietés nacionales y extranjeras". Por último, la sala de fiestas subterránea también seguía el ejemplo de su homóloga en el Palacio de la Música, con los vestíbulos de acceso situados bajo sus equivalentes del piso superior y la pista de baile debajo del patio de butacas; destinándose el fondo el solar para la maquinaria y los servicios del escenario.
Tras la Guerra Civil la sala de fiestas del sótano se reabrió bajo el nombre de Pasapoga, tras una remodelación según proyecto de 1941 firmado por el arquitecto Enrique Simonet Castro, que también modificó el pórtico del cine al año siguiente, y nuevamente Pasapoga en 1953.
Nueve años después, en 1962, fue el propio cine el que sufrió una profunda remodelación según proyecto del arquitecto Manuel Herrero Palacios, que alteró la traza de las escaleras de subida al anfiteatro, mejorando tanto el acceso a aquél como el paso hacia el patio de butacas, sin modificar su decoración original.
En 1993 se encargó a los arquitectos Ignacio y Eduardo Barceló de Torres un Plan Especial de Protección, que bajo ese título escondía en realidad el objetivo de reconvertir el edificio en un centro comercial, y que fue desechado ante la oposición municipal a admitir el cambio de uso; por lo que en 1998 se decidió su división en varias salas siguiendo un proyecto de los arquitectos Pía López-Izquierdo Botín y Enrique López-Izquierdo Camino.
Finalmente, en 2009 fue convertido en una tienda más de la cadena de modas sueca tras una modificación de la normativa municipal. Y como era de esperar, aunque la protección de que goza el edificio en el Plan General ha permitido salvar la fachada y la decoración de los vestíbulos, la sala de exhibición ha sido reconvertida en un espacio comercial sin mayor interés.
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