viernes, 22 de diciembre de 2017

Estatuas de Madrid. Monumento a Elena Fortún

  En el Parque del Oeste, al lado del Manantial de la Salud, debajo de un árbol, rodeado de flores y con el rumor del agua como sinfonía de fondo, se encuentra el monumento en homenaje a Elena Fortún. 

Elena Fortún (Foto propia)

 El sencillo pero muy emotivo. Se inauguró en 1957 por iniciativa del Círculo de Bellas Artes y su autor fue el escultor José Planes Peñalver.
  A cada lado del rostro de su creadora, un niño y una niña la acompañan, son Celia y Cuchifritín, los dos personajes más famosos de sus libros.
IMG_3172_1024x768  Elena Fortún es el seudónimo de Encarnación Aragoneses Urquijo, nacida en 1885.  Su infancia y adolescencia las vivió en las calles  de Huertas y Villanueva. Aquí  falleció su padre al que estaba muy unida, en 1904. 
  Casada con su  primo segundo, Eusebio de Gorbea Lenmi, teniente de infantería tuvo  dos hijos, Luis  y Manuel.
  A finales del 1919 se trasladó la familia a la calle Ponzano 18 y allí les llegaron tiempos de desgracia, pues el pequeño Manuel murió a los pocos meses con 9 años. Uno de los refugios de Encarnación, para mitigar el tremendo dolor, fue la escritura en la que empezó a volcarse,  Para ello fue también fundamental la amistad que estableció en este tiempo con María Lejárraga, esposa de Martínez Sierra, que la introdujo en los círculos femeninos más literarios del momento y la apoyó como escritora.

Monumento Elena FortúnEl traslado a Tenerife en 1922, fue el  impulso definitivo a su trayectoria como escritora. La  familia de su gran amiga Mercedes Hernández y especialmente sus pequeños hijos Florinda y Félix  fueron su gran inspiración; ellos se convirtieron en  Celia y Cuchifritín, protagonistas de sus historias, más tarde convertidas en libros. Los apuntes tomados en el Retiro madrileño mientras oía y  observaba a sus hijos y amiguitos encontraron al fin su lugar.
Elena Fortún. Parque del OesteAsí surgió el personaje de Celia, una niña madrileña, de siete años, que vive en la calle Serrano, en una acomodada familia burguesa, que cuestiona todo lo que le dicen los mayores, que tiene ocurrencias muy divertidas junto a su hermano Cuchifritín y su prima Matonkiki.
  Sus amigas hicieron llegar estos escritos a Torcuato Luca de Tena, director del ABC y Blanco y Nagro  que  decidió incorporarlos al suplemento infantil de éste último titulado Gente menuda. Fueron tan bien acogidos que Manuel Aguilar los empezó a editar como libros en 1934.
  Desde ese momento la vida de Encarnación y Celia son vidas paralelas en la que conocen el dolor, la escasez, el desarraigo, la búsqueda de un trabajo fuera de España.
Elena Fortún en 1936   Pero hay una época silenciada, la de la guerra civil que Encarnación vivió en parte en Madrid. El primer borrador sobre sus vivencias noveladas es de 1943, pero no se publicó en España pues la censura lo prohibió. Por fin vio la luz en 1987 en la editorial Aguilar, con edicion y prólogo de Marisol Dorao e ilustraciones de Asun Balzola. Según se explica en el prólogo, el manuscrito lo conservaba la viuda de su hijo Luis que residía en EEUU. Esta edición se agotó rapidamente, por lo que los ejemplares de segunda mano han alcanzado precios de rareza bibliográfica.

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