jueves, 16 de agosto de 2018

Estatuas de Madrid. Estatua ecuestre de Diego Velazquez.

    Existe una cuarta escultura de Velaquez en Madrid. A las del Prado, calle de su mismo nombre y la del Museo Arqueológico, hay que añadir esta, mucho menos conocida, que se encuentra en los jardines de la Casa de Velázquez, por cierto, casa que nunca pisó el pintor, pero que según la leyenda en ese espacio, instalaba Velázquez su caballete para pintar los maravillosos cielos y atardeceres de Madrid.
     Es una estatua ecuestre obra de Emmanuel Fremiet, uno de los escultores franceses más valorados del XIX, especializado en esculpir animales, especialmente caballos, por lo cual a veces los incorporaba sin mucho sentido. Así que no es de extrañar que imaginara a nuestro insigne pintor como jinete.
     En el año 1889, con motivo de la Exposición Universal de París, se realizó una corrida de toros a la que asistió el escultor francés, quien se inspiró en el alguacilillo que encabezaba la misma para la creación en yeso de una escultura ecuestre.
   Enviada al Salón des Artistes Français de 1890, identificada como Velázquez. En 1891 el gobierno francés adquiere el yeso del artista por 10.000 francos y encarga en 1892 la versión en bronce al taller de fundición parisino Thiébaut Frères, siendo el Museo del Louvre el propietario de la misma e instalándola en el exterior de la pinacoteca en 1893. El Jardín de la Infanta, fue el lugar elegido para su exhibición, concretamente frente a la Colonnade du Louvre.
   En 1920, el Gobierno de España, presidido por Eduardo Dato, votó una ley que concedía a la Academia Francesa de Bellas Artes un terreno de 20.000 m2 en usufructo, en lo que más tarde iba a convertirse en la Ciudad Universitaria de Madrid, para que se construyera una residencia de jóvenes artistas e investigadores franceses que pudieran completar su formación en España, que recibiría el nombre de Casa de Velázquez, en honor del pintor de moda entre los académicos del momento. A finales de noviembre de 1928 el rey Alfonso XIII inaugura los primeros edificios.
   Modesto López Otero arquitecto encargado del proyecto de la Ciudad Universitaria, solicitó al Museo del Louvre la ejecución de una réplica de la estatua de Frémiet para instalarla junto a la nueva academia creada en la capital.
    Debido a las dificultades técnicas, el Estado francés envió el original a Madrid, siendo entregada en depósito el 18 de septiembre de 1934. En noviembre de 1936 la llegada de la Guerra Civil a la Ciudad Universitaria causó el incendio y parcial destrucción del edificio.
    En la actualidad podemos contemplar la escultura ecuestre de Diego Velázquez, sin ningún tipo de desperfectos, debido a que en el año 1955 se produjo una segunda fundición, obra de la casa Leblanc-Barbedienne, realizada a partir de los moldes originales conservados en el Museo de Bellas Artes de Dijon (Francia). 

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