Ya ves
Ya ves
que vamos avanzando
cumpliendo este camino.
No lo sé,
ya ves.
Ya ves,
que vamos recordando,
creciendo hacia el ocaso.
No lo sé,
a ves.
Ya ves,
qué pálidas palabras
se pierden en la noche
sin hallar solución.
Ya ves,
que hemos ido surgiendo
de inciertas y duras voces
de desesperación.
Recuérdame,
como un árbol batido,
como un pájaro herido,
como un hombre sin más.
Recuérdame,
como un verano ido,
como un lobo cansino,
como un hombre sin más.
Ya ves,
que fuimos agrietando
los muros mantenidos
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
que estamos añorando
unos niños perdidos,
no lo sé,
ya ves.
Ya ves
que voces diferentes
se cruzan en el alba
buscando la verdad.
Ya ves
que fuimos puente herido
de abrazos detenidos
por ver la libertad.
José Antonio Laborderta
Su faceta como escritor siempre se vio en un segundo plano debido a que era más conocido como cantautor y diputado. Sin embargo, siguiendo el ejemplo familiar de su padre (un catedrático de latín muy aficionado a la poesía clásica antigua) y de su hermano Miguel Labordeta, una de las figuras más señeras de la poesía española de posguerra, su actividad poética fue primordial en su vida. En este sentido declaró que su auténtica profesión era la de escritor y sus canciones no eran sino poemas musicados. De todos modos, en su poesía se muestra una voz más íntima, meditativa y existencial que en sus canciones, más combativas y sociales. Publicó su primer poemario en 1959 —mucho antes de iniciar su carrera musical— y fue autor de los siguientes libros de poemas: Sucede el pensamiento (1959) Las Sonatas (1965) Cantar y callar (1971) Treinta y cinco veces uno (1972) Tribulatorio (1973) Método de lectura (1980) Jardín de la memoria (1985) Diario de un náufrago (1988) Monegros (1994) En 1976 publicó la antología Poemas y canciones (editorial Lumen, colección El Bardo) y en 2004, ya solo de la obra poética completa, sale a la luz la selección Dulce sabor de días agrestes. Su primer libro poético, Sucede el pensamiento, es un intento de conciliación del estilo intelectual de Juan Ramón Jiménez con el neopopular de la Generación del 27, pero en él aún se aprecia el lastre de la necesidad de adquirir una voz propia, sobre todo teniendo en cuenta el peso e influencia ejercida por la poesía tremendista y epilírica de su hermano Miguel Labordeta, de la que José Antonio no se puede evadir. Sin embargo, el tedio y el vacío existencial, y el influjo de César Vallejo o Paul Verlaine, son rasgos auténticamente personales. Según Eloy Fernández Clemente, esta obra podría definirse como «una poesía del yo inmerso en un mundo cerrado y sin grandes esperanzas».
La obra más decisiva de su trayectoria poética es Cantar y callar, que estaba preparado para su publicación en 1967 pero no apareció hasta cuatro años más tarde.
Diario de un náufrago supone una de las cumbres de su poesía. Se trata de un libro unificado por las fechas que dan título a los poemas a modo de diario personal, pero sus temas van más allá de la mera poesía de la experiencia, pues combina todos los intereses sociales y existenciales que estaban presentes en sus anteriores obras poéticas, siempre melancólicas, incluida la preocupación por el destino. La vida del hombre es un naufragio en angustiada soledad, presidida por el hastío y el vacío. Se muestra, asimismo, la importancia del olvido y la memoria, recuperada mediante una técnica frecuente en su poesía, la del monólogo e incluso el diálogo con personas desaparecidas. La voz del poeta se consolida en este libro, «uno de los más bellos de su autor y singulares de los últimos años de poesía española». Su último poemario, Monegros, tiene un tono distinto, irónico y socarrón, que incide en el aragonesismo, una de las constantes de su poesía. José Antonio Labordeta reflexiona, en el marco del desierto monegrino, sobre los hombres que lo habitan viéndolos detenidos en el tiempo en estampas poéticas breves y de versos cortos. Sus últimos poemas fueron publicados en un blog. En 2011 la editorial zaragozana Eclipsados publicó Setenta y cinco veces uno, la poesía completa de Labordeta en dos tomos. El primero titulado La duda del paisaje. Vida y obra de José Antonio Labordeta), es una extensa biografía a cargo de Antonio Pérez Lasheras; y el segundo Setenta y cinco veces uno. Poesía reunida 1945-2010.
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