La obra, de los arquitectos mexicanos Andrés Casillas y Margarita García, fue donada en 1992 por la ciudad de México con motivo de la celebración de la Capitalidad Europea de la Cultura en Madrid.
Está ubicada en el Parque Juan Carlos I, concretamente en la Pirámide III del recinto, junto al embarcadero, y no corresponde a los trabajos encargados con motivo del Simposium Internacional de Esculturas al Aire Libre organizado por el Ayuntamiento de Madrid en 1991. Fue inaugurada el 23 de julio de 1992, coincidiendo con la 2ª Cumbre Iberoamericana celebrada en Madrid, en un acto presidio por el presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari.
Actualmente, es una de las piezas (concretamente la nº 12) que integra la llamada Senda de las Esculturas, un recorrido artístico-didáctico por todo el parque donde el visitante percibe las vinculaciones entre el Arte y la Naturaleza, a través de una serie de creaciones de diferentes escultores que exhiben una gran variedad de propuestas estéticas.
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