La obra es del escultor barcelonés Luis Sanguino, artista discípulo de Federico Coullaut-Valera que obtuvo un temprano triunfo en 1952 al ganar junto a Antonio Martín el concurso nacional para los guerreros dolientes del Valle de los Caídos. Tras residir largas temporadas en Estados Unidos y México, volvió definitivamente a España en 1986.
El grupo escultórico está levantado sobre un pedestal cúbico con dos caras opuestas inclinadas, con placas de granito. Se compone de tres figuras humanas de bronce que se mezclan con estructuras y objetos de acero inoxidable. Directamente apoyado sobre el pedestal hay una figura de un anciano arrodillado entre una locomotora de vapor y el casco de un barco. Son tres volúmenes enlazados de bronce, que simbolizan los viejos siglos pasados. El anciano a su vez parece dar la mano a una figura desnuda de mujer que vuela con sus pies apoyados en un aeroplano de acero inoxidable. Sobre esta figura vuela otra asimismo desnuda de un hombre que salta en el aire abriendo los brazos. Las tres figuras de bronce se entremezclan con una onda sinuosa de acero inoxidable pulido que se inicia en un tren de alta velocidad que surge del basamento, y en su trayectoria pasa a través de un reactor supersónico, se roza con un cohete de lanzamientos estratosféricos, y se ensarta con un par de satélites. Pareciendo volar en torno al hombre, una esfera de bronce que podría ser la Luna, y un planeta de acero inoxidable, que tiene la silueta de Saturno, completan la sensación explosiva y volátil del monumento.
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