Abigeato
Robo de ganado, o la faena de reses ajenas para provecho propio. En algunas legislaciones, se incluye la alteración de las marcas o señales de animales ajenos o de sus cueros, para aprovecharse de ellos. Abigeo es el que comete este delito.
Ambas palabras provienen del latín abigere ‘robar ganado’ y abigeator, -oris ‘ladrón de ganado’. El vocablo latino se formó a partir del prefijo ab-, que denota lejanía, y de gere, con el sentido de ‘llevar’, ‘conducir’.
En español la palabra se usa desde el siglo XVII, lo que permite pensar que llegó al idioma por vía culta y no del latín peninsular. Uno de los más antiguos ejemplos aparece en este texto de 1798, de Juan Meléndez Valdés (Corde):
Por esto las leyes las zelan y defienden con tanto cuidado, y persiguen tan severamente su abigeato. En ellas, pues, tiene este yerro su pena señalada; y a V.A. no le es dado otra cosa que pronunciarla ahora, y aplicársela al reo con igualdad inalterable para su propia corrección y escarmiento de los demás.
Panacea
La panacea era un medicamento mítico, capaz de curar todas las enfermedades; fue buscada por los antiguos y, durante la Edad Media, por los alquimistas.
Asclepio —Esculapio para los latinos—, dios de la medicina, hijo de Apolo, tuvo dos hijas a las que enseñó su arte: Higia (v. higiene) y Panacea. El nombre de esta última se formó con la partícula compositiva pan- ‘todo’ y ἄκεσμα (akesma) ‘remedio’, en alusión a que Panacea era capaz de curar todas las enfermedades.
La tradición médica hizo que los nombres de Panacea, de su hermana, de su padre y de su abuelo Apolo figurasen hasta hace algunas décadas en el juramento de Hipócrates, formulado por los médicos en el momento de su graduación:
Juro por Apolo médico y por Asclepio y por Higia y por Panacea y todos los dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad y mi criterio, este juramento [...].
Data del siglo V a. de C. y comenzó a dejarse de lado hacia mediados del siglo XX porque muchos médicos consideraron que no tenía sentido formular un juramento en el que se evoca a los antiguos dioses griegos. En 1948, en un Congreso de la Asociación Médica Mundial, se estableció un juramento alternativo, conocido como Declaración de Ginebra, que está siendo adoptado por un número creciente de países.
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