Mostrando entradas con la etiqueta palabra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta palabra. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de febrero de 2025

Palabras del día. Ovillo y Celemín

 

 Obillo


Bola que se forma devanando hilo de lino, algodón, seda, lana, etc. Este vocablo dio lugar a la locución verbal hacerse (alguien) un ovillo ‘acurrucarse una persona por miedo o para pasar inadvertido’, como en este texto de la autora mexicana Aura Hilda de la Vega, en su novela Marcelina Culebro (1993): La niña estaba hecha un ovillo debajo de la mesa, temblando.

Otra locución en uso es la punta del ovillo, que se refiere a la ‘parte visible de un asunto complejo’, pero sugiriendo que, para conocerlo tal cual es, es preciso “tirar de la punta del ovillo”, como en este caso de la prensa argentina, guardado en el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA): los detenidos se constituyen en “la punta del ovillo” para llegar a los autores del hecho y resolver el caso.

La palabra proviene del latín globellum, diminutivo de globus ‘bola’, ‘aglomeración de gente’, y llegó a nuestra lengua en el siglo XIV, en El conde Lucanor (1330), bajo la forma oviello.


Celemín

 

  Medida de capacidad para áridos, que se usaba en España antes de la introducción del sistema métrico decimal. Mide 4 cuartillos y equivale en Castilla a 4,625 litros aproximadamente, es decir, un cuartillo equivale a 1,1625 litros. También podía ser una medida agraria de superficie, que variaba de un lugar a otro, pero que estaba vinculada a la medida de capacidad: en efecto, esa superficie equivalía a la que fuera necesaria para sembrar un celemín de trigo, en promedio, equivalente a poco más de 500 metros cuadrados.

   La palabra proviene del árabe tamānî, plural de tumnîya ‘vaso de barro’, ‘cántaro pequeño’, antiguamente, ‘octava parte’, y este de tamāniya ‘ocho’.

Así definía Alfonso el Sabio (c 1275) un celemín:

[...] puede seer como la medida que dizen en Castiella celemín  o aun menos; és tanto davan cuanto abondasse a un omne al día.



lunes, 13 de enero de 2025

Palabras del día. Poción

 Poción

 

  Se llama de esta manera a cualquier líquido que se bebe, pero en especial a aquellos que poseen propiedades medicinales o a los que se les atribuyen efectos mágicos.

 

  En los antiguos relatos medievales, era frecuente la aparición de una bruja de sonrisa siniestra que removía el contenido hirviente de una olla: estaba confeccionando una poción, entendida como un brebaje de poderes sobrenaturales que podía tornar a un guerrero tan invulnerable como Aquiles, convertirlo en el animal de su preferencia, o granjearle el amor de una aldeana, o hasta el de una bella princesa. El filósofo y jurista griego Luciano de Samosata (125-192 d.C.) contaba que cierta vez había recurrido a una bruja de Tesalia para que le preparase una poción que lo convirtiera en pájaro, pero la mujer se había equivocado en la fórmula y lo había transformado en asno, animal que sirvió para saciar a su propietaria, una mujer extremadamente licenciosa.

   

  En realidad, a pesar de estas historias, una poción (del latín potionis) no es más que una bebida común, sin poderes mágicos. La propia agua puede ser llamada poción, pues puede ser bebida. Potionis deriva de la palabra, también latina, potare ‘beber’, emparentada con potabilis ‘potable, aquello que se puede beber’, y ambas provienen de la voz griega πόταμος (pótamos) ‘río’.

    Este último vocablo griego aparece también en otros términos de nuestro lenguaje, tales como hipopótamo, de hyppos ‘caballo’ y pótamos, o sea que, etimológicamente, significa ‘caballo de río’, y Mesopotamia, de mesos ‘medio’ y pótamos.

martes, 3 de diciembre de 2024

Palabras del día. Abigeato y Panacea

 Abigeato


Robo de ganado, o la faena de reses ajenas para provecho propio. En algunas legislaciones, se incluye la alteración de las marcas o señales de animales ajenos o de sus cueros, para aprovecharse de ellos. Abigeo es el que comete este delito.

Ambas palabras provienen del latín abigere ‘robar ganado’ y abigeator, -oris ‘ladrón de ganado’. El vocablo latino se formó a partir del prefijo ab-, que denota lejanía, y de gere, con el sentido de ‘llevar’, ‘conducir’.

En español la palabra se usa desde el siglo XVII, lo que permite pensar que llegó al idioma por vía culta y no del latín peninsular. Uno de los más antiguos ejemplos aparece en este texto de 1798, de Juan Meléndez Valdés (Corde):

Por esto las leyes las zelan y defienden con tanto cuidado, y persiguen tan severamente su abigeato. En ellas, pues, tiene este yerro su pena señalada; y a V.A. no le es dado otra cosa que pronunciarla ahora, y aplicársela al reo con igualdad inalterable para su propia corrección y escarmiento de los demás.


Panacea

    La panacea era un medicamento mítico, capaz de curar todas las enfermedades; fue buscada por los antiguos y, durante la Edad Media, por los alquimistas.

   Asclepio —Esculapio para los latinos—, dios de la medicina, hijo de Apolo, tuvo dos hijas a las que enseñó su arte: Higia (v. higiene) y Panacea. El nombre de esta última se formó con la partícula compositiva pan- ‘todo’ y ἄκεσμα (akesma) ‘remedio’, en alusión a que Panacea era capaz de curar todas las enfermedades. 

   La tradición médica hizo que los nombres de Panacea, de su hermana, de su padre y de su abuelo Apolo figurasen hasta hace algunas décadas en el juramento de Hipócrates, formulado por los médicos en el momento de su graduación:

Juro por Apolo médico y por Asclepio y por Higia y por Panacea y todos los dioses y diosas, poniéndoles por testigos, que cumpliré, según mi capacidad y mi criterio, este juramento [...].

  Data del siglo V a. de C. y comenzó a dejarse de lado hacia mediados del siglo XX porque muchos médicos consideraron que no tenía sentido formular un juramento en el que se evoca a los antiguos dioses griegos. En 1948, en un Congreso de la Asociación Médica Mundial, se estableció un juramento alternativo, conocido como Declaración de Ginebra, que está siendo adoptado por un número creciente de países.



lunes, 25 de noviembre de 2024

Palabras del día. Adolescencia y abrupto

 Adolescencia

   


    La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como ‘el período de la vida que transcurre entre los diez y diecinueve años de edad’. Constituye una fase de desarrollo psicosociosomático, situada entre la infancia y la edad adulta.

   La palabra adolescencia proviene de la raíz indoeuropea al- ‘nutrir’, ‘crecer’, de la cual se derivó la voz latina alere ‘nutrir’, ‘alimentar’, que dio lugar a alescere ‘crecer’, ‘aumentar’. A partir de esta última, unida al prefijo ad-, se formó el verbo adolescere ‘crecer’, ‘desarrollarse’, y por último, del participio presente de este verbo, adolescens, -entis ‘el que está creciendo’, se formaron en el siglo XIII las palabras francesas adolescent y adolescence, que muy pronto llegaron al español como adolescente y adolescencia, respectivamente. Unos dos siglos más tarde, se incorporó adolescence al inglés, así como adolescência al portugués y adolescenza al italiano.


Abrupto

   


Se dice de un terreno escarpado, quebrado o de difícil acceso (DLE), como, por ejemplo en terreno abrupto o en abrupto barranco, pero también de un suceso repentin o inesperado, como en este fragmento e Guillermo Cabrera Infante (La Habana para un infante difunto, 1993): un aguacero copioso pero como ocurre en el trópico, tan abrupto en empezar como en acabar. Un tercer significado se refiere a una ‘expresión o actitud tosca, ruda o áspera’, como en este texto de prensa registrado en el CREA, de El Universal, de Caracas: Si de alguna forma podemos definir este fascinante libro es señalando que se trata de una obra en la cual aparece un escribir abrupto, ríspido, incisivo, mujeril.

   La palabra proviene del latín abruptus, participio pasivo de abrūmpĕre ‘romper con violencia’, ‘despedazar’ y en sentido figurado ‘interrumpir’. Este verbo se formó mediante el prefijo ab- y el verbo rūmpĕre 'romper', procedente, a su vez, de la raíz indoeuropea reup-, que remitía a la idea de ‘arrebatar’ y dio lugar al anglosajón rēofan ‘saquear’

lunes, 28 de octubre de 2024

Palabras del día. Melancolía y Vaticinio

 Melancolía

   

  Sentimiento de apatía y tristeza, generalmente de carácter leve, que puede ser causado tanto por motivos orgánicos como externos, del entorno.

 Los antiguos seguidores de la tradición de Hipócrates creían que el temperamento de las personas dependía de las secreciones, o sea, de los humores segregados por el organismo, de los cuales cada persona tenía uno predominante. Así, aquellos en los que predominaba la bilis negra, que los griegos llamaban μελαγ χολή (melán kholé), eran propensos a la depresión, un estado de ánimo que se llamó melancolía o humor melancólico.

 El vocablo griego χολή (kholé) ‘bilis’ está presente en nuestro idioma en algunas palabras del lenguaje médico, tales como colecistitis y colédoco.


Vaticinio 


   Predicción del futuro hecha por personas videntes, personas que afirman poseer naturalmente el don de adivinar los hechos venideros o de conocer los sortilegios necesarios para tal fin. Los vaticinios han existido en todas las civilizaciones, incluso las más neolíticas, probablemente debido a la curiosidad de los seres humanos por saber qué les depara el porvenir.

   Actualmente, los videntes practican sus supuestas habilidades apoyándose en sortilegios como la lectura de las manos, las cartas, principalmente de tarot, el movimiento de los astros, etc. Esta práctica es legal en la mayoría de los países occidentales al amparo de la libertad de creencias.

   Entre los romanos se creía en los vaticinios basados en el vuelo de las aves, interpretados por agoreros que pronosticaban si una iniciativa sería o no exitosa mediante este recurso. Ver auspicios.

No obstante, los videntes de la antigüedad disponían de muchos otros recursos, tales como la dirección que tomaba el humo de los sacrificios por el fuego, la interpretación de los sueños y las entrañas de los animales.

  La palabra proviene del latín vaticinium, palabra formada composicionalmente por vates ‘adivino, agorero’ y canare ‘cantar’. Vates es la misma palabra que está en el origen del castellano vate ‘poeta’.

   

viernes, 18 de octubre de 2024

Palabras del día. Trefe y Añagaza

 Trefe

   

  Adjetivo prácticamente inexistente en nuestra lengua desde hace varios siglos, pero el diccionario de la Academia Española lo mantiene en su repertorio atribuyéndole tres significados: ‘falso, falto de ley’, ‘Endeble, fácilmente deformable, enclenque’ y ‘tísico’. La última acepción tiene la marca de ‘anticuada’, lo que significa que no se usa desde el año 1500, y la penúltima está marcada como ‘en desuso’, es decir, que registra casos posteriores a ese año, pero no después de 1900. En el Corpus del Español Actual (CREA), no figura ningún caso de trefe, mientras que en el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) el caso más reciente es de 1910, y todos los demás corresponden al período entre 1485 y 1627.


Añagaza

   

  Artificio para atraer a alguien mediante engaño, como en este ejemplo de José María del Val, en su novela Llegará tarde a Hendaya (1981, Corde): 

―¡Un pacto...! Una añagaza urdida de la noche a la mañana, dos días antes de empezar a devorar Polonia. ¿Pero cómo puede fiarse Hitler de un tipo como Stalin? 


    En el Vocabulario de Palencia (1490) aparece definida como ‘acto de hacer acoplar sexualmente a los animales’, aunque no hallamos ningún otro caso con ese significado.

  Originalmente significó ‘señuelo para atrapar aves’, vocablo vinculado con el árabe naqqâza, aunque Corominas (1980) admite no saber si el vocablo español vino del árabe, o si fue del romance al árabe, puesto que es palabra rara en esa lengua y solo ha sido documentada en España. Sin embargo, prosigue el etimólogo catalán, puede estar vinculado con el catalán antiguo enagar o anagar ‘incitar’, ‘animar’, de donde sería fácil pasar al significado actual de añagaza.



viernes, 4 de octubre de 2024

Palabras del día. Parafernalia e intrincado

   Parafernalia

      Con este nombre se designa el ‘conjunto de usos habituales en determinados actos o ceremonias, y también los efectos que se emplean en ellos’. Su sentido es hoy, generalmente, irónico. En derecho se llaman bienes parafernales aquellos que la mujer aporta al matrimonio, además de los que constituyen la dote.

   Antiguamente, los bienes que una joven llevaba a su nuevo hogar cuando se casaba quedaban divididos en dos partes: la dote, que se convertía en propiedad de su marido, y sus bienes personales. Esta última parte se llamó parafernalia, palabra proveniente del latín parapherna. Hacia fines del siglo XVIII, parafernalia se usaba para designar no ya los bienes propios de la mujer casada, sino la “impedimenta”, un nombre despectivo del bagaje que portan los soldados y que les dificulta la movilización. Con esa connotación peyorativa, parafernalia llegó hasta hoy para denotar la aparatosidad que algunos atribuyen a ciertas ceremonias.


  Intrincado

   

 Enrevesado, confuso, complicado, enredado: Varios túneles naturales salían en diferentes direcciones, unos más amplios que otros, formando un intrincado laberinto subterráneo (Isabel Allende, La ciudad de las bestias).

    En su forma actual, la palabra se formó a partir del antiguo intricar, derivado del latín ĭntricāre ‘enmarañar’, ‘enredar’, derivado en esa lengua de trīcari, ‘interponer dificultades’, ‘dar rodeos’ y este de tricae  ‘enredos’.

lunes, 2 de agosto de 2021

Palabras angustiadas

    Las palabras aceleran el paso para llegar antes de que el calor empiece a subir. 

   El ir de un lado a otro en busca de ayuda, se convierte en angustioso cuando la climatología es extrema.

                               ¡Gracias palabras!

Archiperres:
            
                       De or. inc.

      Trastos (‖ cosas inútiles).
     

Achuchar:   
                 Voz onomat.

     Azuzar.
     Aplastar, estrujar con la fuerza de algún golpe o peso.
     Empujar a otra.
     Agredir violentamente a otra, acorralándola.
     Apremiar, atosigar, abrumar.
     Apretar a otra cariñosamente o con intención erótica.

Azuzar:
           De la interj. sus.

      Incitar a los perros para que embistan.
      Irritar, estimular.


Acial:
       Del desus. aciar, este del ár. hisp. azziyár, y este del ár. clás. ziyār.

     Instrumento con que se oprime un labio, la parte superior del hocico, o una oreja de las bestias, para que estén quietas mientras las hierran, curan o esquilan.
     Ec., El Salv., Guat., Hond. y Nic. Látigo que se usa para estimular el trote de las bestias.


Acicalar:
  
               Del ár. hisp. *ṣiqál o siqál, y este del ár. clás. ṣiqāl 'instrumento para pulir o bruñir'.

      Arreglar o aderezar a alguien, poniéndole productos cosméticos, peinándolo
      Limpiar, alisar, bruñir, principalmente las armas blancas.
      Afinar, aguzar el espíritu o las potencias.

Acoquinar: 
               Del fr. acoquiner.

      Amilanar, acobardar, hacer perder el ánimo. 



Acorredor
:
         Del lat. tardío zanca o tzanga 'cierto calzado parto', y este quizá del persa ant. zanga- 'pierna'.

       Parte más larga de las patas de las aves, desde los dedos hasta la primera articulación por encima de ellos.
       Pierna humana o pata de cualquier animal, sobre todo cuando es larga y delgada.
       Madero inclinado que sirve de apoyo a los peldaños de una escalera.
       And. Alfiler grande.


Acorrer:
       
             Del lat. accurrĕre.

      Socorrer a alguien.
      Atender, subvenir o acudir a una necesidad.
      Correr o avergonzar a alguien.
      Acudir corriendo.
      Apelar, recurrir.
      Refugiarse, acogerse.

Acorredor:       
                   De acorrer y -dor.

      Socorredor.
    

lunes, 26 de julio de 2021

Palabras dispuestas

    Con calor o sin el, las palabras siempre estan dispuestas para servir y ayudar. 
    ¿Se puede pedir más? Yo creo que no y por eso deberiamos cuidar más a nuestras palabras y dejar un poco de lado a palabras de otras lenguas, que son importantes, pero en otros sitios.

                               ¡Gracias palabras!


Zampar:
 
   
              De la onomat. zamp.

      Comer o beber apresurada o excesivamente.
      Meter algo en un sitio deprisa y para que no se vea.
      Asestar, propinar.
      matar.
      Colocar algo en un lugar. U. t. c. prnl.
      Arg., Col., Cuba, Ec., El Salv., Guat., Hond., Nic., Pan., Perú, P. Rico, Ur. y Ven. arrojar (‖ impeler con violencia). 
      Meterse de golpe en una parte.
      Presentarse en un sitio
      9. prnl. Dirigirse a un lugar.
     

Zampatortas:
   
       Zampabollos.
       Persona que en su fisonomía, traza, palabras y acciones da muestra de incapacidad, torpeza y mala educación.

Zampabollos:

       Persona que come con exceso y con ansia

Zampuzar:
  
                  De zapuzar.

       Zambullir (‖ meter debajo del agua de golpe). 
       Zampar (‖ meter algo en un sitio deprisa).


Zancajo: 
           Del despect. de zanca.

      Hueso del pie que forma el talón.
      Parte trasera del pie, donde empieza la prominencia del talón.
      Parte del zapato o media que cubre el talón, especialmente si está rota.
      Hueso grande de la pierna.
      Persona de mala figura o demasiado pequeña.



Zanco:
         Del lat. tardío zanca o tzanga 'cierto calzado parto', y este quizá del persa ant. zanga- 'pierna'.

       Parte más larga de las patas de las aves, desde los dedos hasta la primera articulación por encima de ellos.
       Pierna humana o pata de cualquier animal, sobre todo cuando es larga y delgada.
       Madero inclinado que sirve de apoyo a los peldaños de una escalera.
       And. Alfiler grande.


Zanco:
       
          De zanca.

       Guat. cojo (‖ que cojea).
       Cada uno de dos palos altos y dispuestos con sendas horquillas, en que se afirman y atan los pies. Sirven para andar sin mojarse por donde hay agua, y también para juegos de agilidad y equilibrio.
        Cada uno de los palos o astas que, con sus grímpolas, se ponen en las cabezas de los masteleros cuando se quitan los mastelerillos de juanete.
         Zanca (‖ parte de la pata de las aves).


Zangarriana:
                    De oro puro.

       Enfermedad leve y pasajera, que repite con frecuencia; p. ej., la jaqueca periódica.
       Tristeza, melancolía, disgusto.
       Veter. Especie de hidropesía de los animales.
       Cuen. galbana.

Galbana:
              De or. inc.

        Guisante pequeño. 
       Pereza, desidia o poca gana de hacer algo.

               Del ár. hisp. julbána o jilbána, y este del ár. clás. julŭbān.

        Guisante pequeño. 

lunes, 19 de julio de 2021

Palabras sudorosas

     Con los calores que corren, las palabras llegan deseosas de un buen baño en tinta fresca. Las pobres sudan hasta por las tildes. 

                               ¡Gracias palabras!



Terraguero: 
     
      Sal. y Zam. Terrero 
     

Terrero:
                Del lat. Terrarius
 
      Terreno (‖ perteneciente a la tierra).
      Dicho del vuelo de ciertas aves: rastrero (‖ que casi toca el suelo).
      Dicho de una caballería: Que al caminar levanta poco los brazos.
      Dicho de una cesta de mimbres o de una espuerta: Que se emplea para llevar tierra de un punto a otro. 
      Bajo y humilde.
      Can. y P. Rico. Dicho de una casa: De un solo piso.
      Terraza (‖ cubierta de un edificio).
      Montón de tierra.
      Depósito de tierras acumuladas por la acción de las aguas.
      Montón de broza o desechos sacados de una mina.
      Objeto o blanco que se pone para tirar a él.
      Especie de plaza pública.
      Montón que en la era se forma con las barreduras del solar de la parva.
      Can. Lugar donde está la tierra suelta.
      Mur. Ribazo o margen elevada de un río.
      Hond. y Nic. Terreno salitroso que el ganado lame para comerse la sal.
      Hond. Corte vertical de tierra, generalmente sin vegetación, del que se extrae arcilla para la alfarería.
      Méx. polvareda (‖ polvo que se levanta de la tierra).
      Trozo de tierra escarpada desprovista de vegetación.
      Alondra.


Terrón:
  
     Masa pequeña y suelta de tierra compacta.
     Masa pequeña y suelta de una sustancia. Terrón de azúcar, de sal.
     Residuo que deja en los capachos de los molinos de aceite la aceituna después de exprimida.

4. m. pl. Hacienda rústica, como viñas, tierras labrantías, etc.


Testero: 
        De testa.

     Testera.
     Cabecero (‖ pieza de la cama).
     Trashoguero de la chimenea.
     En minería, macizo de mineral con dos caras descubiertas, una horizontal inferior y otra vertical.
     Cuen. Extremo del tronco del pino por donde ha sido cortado con el hacha.



Testera:
       
            De testa.

     Frente o principal fachada de algo.
     Adorno para la frente de las caballerías.
     Parte anterior y superior de la cabeza del animal.
     Cada una de las paredes del horno de fundición.
     En un coche de caballos, asiento en que se va de frente, a distinción del vidrio, en que se va de espaldas.


Tíbar:
         Del ár. hisp. tíb[a]r, y este del ár. clás. tibr 'oro'.

    De oro puro.


lunes, 12 de julio de 2021

Palabras salinas

     Las palabras llegan húmedecidas por la brisa marina. Algunas traen escamas de sal sobre su piel, producto  del tiempo que llevan buscando su salvación.

                               ¡Gracias palabras!

  
Sibil:
 

     Pequeña despensa en las cuevas, para conservar frescas las carnes y demás provisiones.
     Concavidad subterránea.

Sicalipsis:
                Der. regres. de sicalíptico.
    Malicia sexual, picardía erótica.

Sinapismo:
                 Del lat. tardío sinapismus, y este del gr. σιναπισμός sinapismós, der. de σίναπι sínapi 'mostaza'.

     Cataplasma hecha con polvo de mostaza.
       Persona o cosa que molesta o exaspera.


Sindactilia: 
               De sindáctilo y -ia.

     Presencia de dedos fusionados en distinto grado, que en el ser humano es una anomalía hereditaria.


Sirle:
       
       De or. prerromano.

    Excremento del ganado lanar y cabrío.


Siroco:
           Del it. sirocco, var. de scirocco, este del ár. hisp. šaláwq 'viento de la marina', y este del lat. salum 'agitación del mar'.

    Viento sudeste.


Sisa:
    Del fr. ant. assise 'impuesto'.

     Parte que se defrauda o se hurta, especialmente en la compra diaria de comestibles y otras cosas.
     Corte curvo hecho en el cuerpo de una prenda de vestir que corresponde a la parte de la axila.
     Mordiente de ocre o bermellón cocido con aceite de linaza, que usan los doradores para fijar los panes de oro.
     Impuesto que se cobraba sobre géneros comestibles, reduciendo las medidas.



lunes, 5 de julio de 2021

Palabra achicharradas de calor

    Las palabras madrugan con la intención de hacer su camino lo antes posible y así poder disfrutar del fresco de la mañana. 

                               ¡Gracias palabras!


Recuelo:
    
      Café cocido por segunda vez.
      Lejía muy fuerte y según sale del cernadero, que empleaban las lavanderas para colar la ropa más sucia.

Cernadero:
                   De cernada.

     Lienzo grueso que se ponía en el cesto o coladero sobre toda la ropa, para que, echando sobre él la lejía, pasase a la ropa solo el agua con las sales que llevaba en disolución deteniéndose en él la cernada.
     Lienzo de hilo, o de hilo y seda, con el que se hacían valonas.
     Paño de lienzo que se ponía a los niños pequeños debajo del pañal.

Cernada:
              De un der. del lat. cinis, cinĕris 'ceniza'.

      Guat., Hond. y Nic. Agua con ceniza o cal en la que se ha cocido el maíz.
      Parte no disuelta de la ceniza, que queda en el cernadero después de echada la lejía sobre la ropa.
      Aparejo de ceniza y cola para imprimar los lienzos que se pintaban, especialmente al temple.
      Cataplasma de ceniza y otros ingredientes, para fortalecer las partes lastimadas de las caballerías.

Recula:
           De recular.

      Retranca.


Retranca:
                De retro- y anca.

     Intención disimulada, oculta.
     Correa ancha, a manera de ataharre, que forma parte del atalaje y coopera a frenar el vehículo, y aun a hacerlo retroceder.
     En la batida, línea de puestos situada a espaldas de quienes baten.
     And. galga (‖ palo atado a la caja del carro).
     Col. y Cuba. Freno de distintas formas de un carruaje.


Redil: 
      De red e -il.

      Aprisco cercado.
      Situación de quien continúa en un lugar o estado, o bien regresa a él. Volver al redil.


Redilar:
       
 
    Reunir detenidamente el ganado menor en una tierra de labor para que así la abonen.


Redoma:
             Del ár. hisp. *raṭúma, y este del ár. clás. raṭúm 'estrecha de vulva'.

      Vasija de vidrio ancha en su fondo que va estrechándose hacia la boca.
      Ven. glorieta (‖ plaza donde desembocan varias calles).


Redor:
       Del lat. retro 'atrás', 'detrás'.

      Rededor, alrededor.
      Ruedo de un vestido talar.
      Esterilla redonda.


Talar:
       Del lat. talāris.

     Dicho de un traje o de una vestidura: Que llega hasta los talones.
     Dicho de un ala: Que sale del talón. Según los poetas, el dios Mercurio tenía alas talares.