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jueves, 7 de agosto de 2025

La Virgen Rinconera de Madrid.



En Madrid hay una especie en extremo peligro de extinción, como el lince ibérico. Se trata de las vírgenes rinconeras, que antaño salpicaban la villa dando fe de milagros acontecidos, leyendas acaecidas  o ayudas recibidas por los propietarios de las casas que las albergaban.

    En la actualidad tan solo queda una, la última, gracias a Dios se ha salvado después de la restauración de su edificio. Es la conocida como la Dolorosa.     Esta imagen está ubicada en la esquina de la fachada de la Casa-Palacio de Ricardo Angustias, obra del arquitecto Cayo Redón y Tapiz, terminada en 1922, ejemplo notable de la arquitectura de principios del siglo XX. 

   La imagen de La Dolorosa protegida por un cristal y alumbrada por un farol viste una túnica morada, siguiendo la tradición que María de la Cueva, camarera mayor de Isabel de Valois, inició en el siglo XVI tras regalar un traje a una imagen de la Soledad. Agarra un rosario entre sus manos, con el ceño fruncido. A sus pies, un pequeño mar de tulipanes y geranios ponen una toque de color a la estampa.

  Hoy en día, esta figura no solo es un símbolo de fe, sino también un testigo silencioso de la historia y los eventos que han marcado la vida en Madrid.   


viernes, 16 de mayo de 2025

Curiosidades de Madrid, Ronda del pan y Huevo

   

  La Ronda de Pan y Huevo nació por iniciativa de Pedro de Cuenca, vecino de Madrid y propietario de casas y solares donde fundaría el Albergue de San Lorenzo.

   Fue del Noviciado de la Compañía de Jesús, una noche del invierno de 1615 de donde salió por primera vez a la calle esta Ronda. La Ronda fue, o mejor dicho es, una institución de caridad muy al estilo de aquella época, que fue creada en el seno de la Hermandad de Nuestra Señora del Refugio. 

  La "Ronda de Pan y Huevo" se dedicó a socorrer con un pan y un par de huevos a cuantos menesterosos hallaba por la calle. Ante la gran necesidad que había en aquella época muy pronto alcanzó gran popularidad. 

 Esta Ronda a la que los madrileños enseguida bautizaron, era minuciosa con el tamaño de las viandas que distribuía: todas tenían que ser iguales y encontrarse en perfecto estado. Fue así como los huevos a repartir eran medidos con un escantillón antes de ser ofrecidos. "Si pasa no pasa. Si no pasa, pasa" (haciendo alusión a que su volumen no debía ser más pequeño que el agujero del patrón fijado).   

  La "Ronda" se dedicó también a llevar a sus hospederías a cuantas personas se encontraban en la calle en trance de indigencia, a las que facilitaban albergue, y extendía su piadosa actividad a la realización de otros actos tales como visitar en sus cuevas a los pobres, asistir a los agonizantes, procurar vestido a las gentes que no tenían con qué cubrir sus cuerpos, conducir enfermos a los hospitales. 
 
  Dadas las vicisitudes por las que, ya digo, pasó por aquellos años la Compañía de Jesús, la Hermandad de Nuestra Señora del Refugio hubo de "refugiarse" en la iglesia de San Antonio de los Portugueses, hoy de los Alemanes. Lo que sí es cierto es que la citada Hermandad del Refugio y, por supuesto, su ya popularísima "Ronda de Pan y Huevo", continuaron casi hasta nuestros días ejerciendo sus piadosas actividades. Y hasta qué extremo llegó la popularidad de esta Obra se explica por el hecho de que el barrio madrileño en que se halla enclavado dicho templo se le conoce todavía con el nombre de barrio del Refugio.



martes, 6 de mayo de 2025

Curiosidades de Madrid. La Dehesa de Sotomayor y La Casa de la Monta de Aranjuez.

     

  Durante el reinado de Carlos I, la Dehesa de Sotomayor se incorporó a la Corona, formando parte del Heredamiento de Aranjuez primero, y del Real Sitio de Aranjuez después.

    Felipe II otorgó la forma definitiva al territorio de Aranjuez con una nueva ordenación del paisaje que supuso la construcción de un nuevo palacio y paseos arbolados, pero también huertas y jardines y una importante red de canales para el riego de estos terrenos. Así, se potenció la cría de caballos, al establecerse la yeguada real, bajo la autoridad del caballerizo mayor.   

   En 1746, Fernando VI ordenó priorizar los pastos y dehesas de Aranjuez para la cría de los caballos, llegando la yeguada real a 600 ejemplares.

   Durante el reinado de Carlos III, Aranjuez se configura como una explotación agropecuaria ideal según criterios ilustrados, incluyendo, entre otros fines, terrenos dedicados a la cría caballar que se localizaban esta dehesa.   

   Ante el aumento de ejemplares obligó a ampliar las instalaciones destinadas a su cuidado, construyéndose entonces la Casa de la Monta cuyo proyecto se aprobó en 1761 y cuya obra se atribuye a Jaime Marquet, arquitecto francés, autor también de la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. 

   La Casa de la Monta presenta una planta cuadrangular de grandes dimensiones y está constituida por cuatro crujías de una planta, que conforman un gran espacio dividido en dos patios.

  El conjunto albergaba cuadras con sus distintas dependencias, pero también las viviendas de los yegüeros, e incluso pabellones para los monarcas. 

  La Dehesa de Sotomayor permaneció en manos de la Corona, pero en época de Alfonso XII su uso principal pasó a ser agrícola y las tierras se arrendaron, hasta que el Estado asumió su explotación en 1943. En 1993, la finca fue cedida por Patrimonio Nacional a la Comunidad de Madrid.




sábado, 3 de mayo de 2025

Curiosidades de Madrid. Real Hipodromo de Legamarejo

   

 El Real Hipódromo de Legamarejo, mas tarde Hipódromo Nacional de Legamarejo, fue un hipódromo del primer tercio del siglo XX situado en el término municipal de Aranjuez.​

       Sobre su origen se sabe que ya por 1852 existía un hipódromo en el soto de Legamarejo.​ Era frecuentado tanto por ribereños como por madrileños que acudían mediante la línea férrea Aranjuez-Madrid.   

     Posteriormente, en el otoño de 1916, por iniciativa del monarca Alfonso XIII y con el apoyo del ayuntamiento de Aranjuez, comenzó la construcción de un nuevo hipódromo de mayores dimensiones y mejor preparado, sobre el trazado del anterior.​ El encargado de llevarlo a cabo fue el caballerizo mayor del rey, el marqués de Viana.​

    Se inauguró el 24 de mayo de 1917 contando con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, así como de otros miembros de la familia real.    

   A la vez del hipódromo se construyó un apeadero en la línea férrea Madrid-Aranjuez, antes de llegar a la estación de Aranjuez, permitiendo un mejor acceso desde Madrid por tren. 

 El circuito contaba con la habitual forma de 0 tumbado encontrándose los ejes rectos paralelos en dirección este-oeste.    

   Las tribunas y gradas se disponían en la parte norte del circuito. Las construcciones referidas estaban construidas en estilo rústico, a partir de materiales ligeros como madera y caña.​ Por el contrario, la tribuna real estaba realizada con materiales duraderos, en estilo toledano, con columnas de piedra, cubierta con estructura de madera, suelo de barro y azulejos y zócalos de azulejería. Esta tribuna contaba con una terraza cubierta para contemplar las carreras y en el interior, un salón de té y un cuarto de baño.      

  El advenimiento de la Segunda República no supuso la decadencia de las instalaciones, antes bien le dio un cierto impulso. Especial notoriedad obtuvo el circuito en 1933 tras la demolición del hipódromo de la Castellana y antes de la inauguración del nuevo hipódromo de la Zarzuela.​

  A pesar de ello, en 1934, el hipódromo fue clausurado, parcelándose al año siguiente sus terrenos con destino a la labranza.

En la actualidad quedan únicamente restos de las formas curvas de la arena, especialmente apreciables desde el aire.​

 

jueves, 1 de mayo de 2025

Curiosidades. Pila bustismal regia.

   La pila bautismal pertenecía a la iglesia parroquial de la villa de Caleruega, localidad donde nació y fue bautizado Domingo  de Guzmán en esos momentos, pasados los años Santo Domingo de Guzmán. Al ser declarado santo en 1.234, por el papa Gregorio IX, comenzó a venerarse como reliquia. 

  Fue Felipe III  quien en 1605, mandó llevar la Pila de Caleruega al Convento de Predicadores de Valladolid, en esos momentos capital del reino, para bautizar a su hijo Felipe IV.   

   Desde entonces los herederos de los Reyes de España, han cumplido con el rito de ser bautizados en la Pila en la cual fue bautizado Santo Domingo de Guzmán.

   La pila una vez en manos reales, ya nunca más volvió a lugar de origen, con el cambio de capitalidad a Madrid, la pila sería trasladada  y depositada en el Monasterio de Santo Domingo el Real de las MM. Dominicas. Convento fundado por el propio Santo,. Domingo de Gúzman 

   Aquí estuvo hasta el traslado del monasterio de la plaza de Santo Domingo a la calle de Claudio Cuello, nueva sede del monasterio. 

   En la actualidad debido al cierre del monasterio de  la calle Claudio Cuello se ha depositado en la Real Basílica de Nuestra Señora de Atocha. 

   La Pila es de piedra blanca no tallada y se halla cubierta en gran parte de plata con adornos dorados, algunos de oro, que ostentan las armas reales y escudos de la Orden. 

   La se traslada al lugar o palacio donde se vaya a realizar el bautizo, siendo devuelta después. Se conserva la documentación de sus diversas salidas del Monasterio.

  Los últimos bautizados han sido el Rey Felipe VI y sus hijas las infantas Leonor y Sofía.

miércoles, 30 de abril de 2025

Curiosidades de Madrid. Espárragos de Aranjuez

   

  El esparrago de Aranjuez procede de una variedad traída de Holanda por ribereño Esteban Boutelou III jardinero mayor desde 1716, hijo del paisajista Esteban Boutelou I que llego a Aranjuez de la mano de Felipe V.  El espárrago fue cogiendo fama hasta convertirse en plato habitual en las mesas reales y de la nobleza.     

  Ya en el Siglo de Oro eran conocidos con el sobrenombre de «Pericos», se caracterizan por su color, frescura, textura, gran suavidad y sabor persistente distinguiéndolos de los demás. Los suelos de la vega del Tajo a su paso por Aranjuez son óptimos para su desarrollo; fértiles, profundos y bien drenados. El cultivo de este producto se realiza de forma tradicional. 


Curiosidades de Madrid. Bodega Real Cortijo. Aranjuez

   

  La Bodega Real del Cortijo  fue mandada construir en 1782 para proveer de vino y aceite a la Casa Real.

«Por orden de SM Carlos III, el 11 de junio de 1782, se empieza a construir La Bodaga llamada del Real Cortijo. Diseñada por Marquet, arquitecto real, y construida por D. Manuel Serrano. El lagar tendraá 900 m2 en una nave neoclásica abovedada y la bodega subterránea una superficie de 2500 m2, recorrerá casi medio kilómetro de longitud bajo el pueblo del Real Cortijo de San Isidro. El presupuesto inicial asciende a 5.810.000 Reales.» 

     Entre 1783 y 1795 funciona  bajo el auspicio de los Reyes Carlos III y Carlos IV, proveyendo de vino y aceite a la Casa Real. 
    Tras pasar de mano en mano el Real Cortijo y todo lo que le constituía, bodega incluida, en año 2000 la nueva sociedad arrendataria, «Cuevas del Real Cortijo de San Isidro,S.A.» restaura la puerta, cuevas y lagar, adaptando de nuevo la bodega para su finalidad primitiva, la «elaboración y crianza de vinos».  

  El acceso a la bodega se realiza por la calle  San Isidro  del Cortijo Real, lo primero que se divisa, antes de llegar a la Ermita, a la derecha debajo del “Jardín Grande” es una monumental portada de gran prestancia realizada en piedra caliza de estilo neoclásico, con una longitud de más de 40 mts, en forma de exedra semielíctica.

   En su centro hay un pórtico de 3 huecos, el central rematado en arco donde esta ubicado el portalón de madera para entrar a la R. Bodega y 2 laterales, más pequeños, dintelados recuadrados por pilastras toscanas. El conjunto esta protegido por reja que recoge 2 macizos de césped en sus laterales. 

    El interior del Ramal Principal impresiona su diseño en directriz curva en bóveda de medio cañón y realizado en ladrillo visto, con una longitud 250 m por 4.50 mts, de ancha, bajo el pueblo.

  Tiene unos respiraderos laterales en forma de galerías abocinadas y 184 hornacinas apuntadas con arcos ojivales que en tiempos pasados albergaron unas tinajas artesanales de barro de Colmenar de Oreja, para envejecer el vino. 

   El Segundo  Ramal de 4.50 mts, de altura por 6.00 de ancho y 120 m, de longitud se construyó para guardar y conservar aceite en tinajas de barro de Colmenar, semienterradas.

  


viernes, 25 de abril de 2025

Curiosidades de Madrid. Las fresas de Aranjuez

   

  Con la llegada del primer Borbón a España, Felipe V, llegó con el  su interés por replicar el esplendor y sofisticación de los jardines y huertos de Versalles. Para ello hizo traer de Francia variedades de fresas que encontraron en el fértil valle del Tajo el lugar perfecto para su desarrollo.      

  Durante muchos años los huertos del Real Sitio de Aranjuez suministraron las fresas en exclusiva para la realeza y nobleza circundante.  Pasado el tiempo, mucho tiempo, la fresa dejo de ser un lujo para unos pocos y fue apreciado en toda España.  

  Uno de los acontecimientos claves para la democratización de la fresa, fue quizás, la inauguración del tren que unía Madrid con Aranjuez en el 1851. Con el tren se facilitó el transporte de la fresa a la capital y de esta manera su conocimiento e  inconfundible sabor más allá de Aranjuez. 

      La fama de la fresa de Aranjuez es el resultado de la variedad y de las condiciones excepcionales de su cultivo. 

   La fresa de Aranjuez es de la variedad  fragaria vesca que da fruto pequeño, dulce con un ligero punto de acidez, de un color rojo brillante y una fragancia natural que las hace inconfundibles. Plantadas en este fértil valle junto a su micro clima tan especial, nos dan este producto que nos hace sentirnos como reyes. 

jueves, 24 de abril de 2025

Curiosidades de Madrid. Real Cortijo de San Isidro

 

    Carlos III por motivos de seguridad se traslada a vivir a Aranjuez, que le recordaba a su ciudad napolitana de Caserta. 
     Deseoso de fomentar en el Reino la agricultura moderna, adquirió una finca llamada «Finca del Rey» para desarrollar su proyecto experimental agroindustrial y ganadero, con ideas científicas y sociales que activarían el progreso desde la perspectiva Ilustrada, creando para este fin, en el año 1762, “el Cortijo Real o del Rey”, semejante a San Leucio, poblado muy próximo a Caserta, también una experiencia agrícola y que servía como abastecimiento de buenos productos a Palacio.   

  En el bello paisaje natural del Real Bosque empezaron roturando terrenos vírgenes, formando calles arboladas para acceder a las nuevas huertas, praderas artificiales para pasto etc...

  Para su explotación traen de Nápoles: vacas, búfalas, ovejas, caballos, bueyes… y para regar las tierras recién roturadas construyen tres caces y transforman el histórico Caz de la Azuda. 

  Según el historiador Francisco Nard plantaron 25.000 olivos, árboles variados y 128.000 cepas de diferentes clases: Xerez, Málaga, Nápoles… colocando “Pilaritos” de piedra caliza de Colmenar, con los nombres de la procedencia.

   El 24 de diciembre de 1768, Joseph Ripamonti natural de Spino (Italia) lo denominó Real Cortijo de San Isidro, quedando cercado, parte con tapia y parte con verja, para proteger los cultivos de los animales salvajes existentes en el Real Bosque.   

  En 1770, el Rey Carlos III manda al Conde de Floridablanca y al Marques de Grimaldi, construir una “Casa para el director del Cortijo, residencia Real, caballerizas, oratorio, cuadras, apriscos…”.

  El arquitecto y director de obras del Real Sitio de Aranjuez, Jaime Marquet, proyectó un Paisaje urbano, aproximadamente en el centro de la Real finca, consistente en una Casa Grande o Real Casa, viviendas para los empleados, pajares, apriscos, varios pozos de agua, dos naves industriales paralelas, para albergar la Almazara y Lagar y proyectó un paisaje subterráneo compuesto por una Bodega, bajo el Real Caserío, con un perímetro cerrado de mampostería, por seguridad; debido a la muerte de Marquet, el proyecto fue terminado por Manuel Serrano. 

    Cuando en 1777 el Rey añadió las tierras del “Cortijo Viejo” que habían sido propiedad de los Srs. Canosa, Boygas y Serrano, se estableció una labor de 534 fanegas de tierra.

   En 1795 Carlos IV cede la propiedad a Godoy (Príncipe de la Paz) a cambio de las Huertas de la Moncloa, en el camino de Madrid a El Pardo.

   Dos años después, el 28 de febrero de 1798, la Corona recupera el cortijo, dando a cambio a Godoy el Real Lago de Valencia, denominado «La Albufera» 

  En 1815  dado el alto coste de mantenimiento, Fernando VII arrienda a D. Pedro Somoza el Cortijo por 12 años, por 120.000 reales anuales.   

  Bajo el reinado de Isabel II y tras más de cien años de ser propiedad real, la Corona vende al General Prim (Marqués de Castillejos).

   Durante la Guerra Civil provocada por el golpe de estado militar, la Junta Militar Republicana la convierte en un centro de operaciones, construyendo un búnker dentro de la cueva.

   En 1944 La finca y la bodega las adquiere el Instituto Nacional de Colonización. La vaquería se convierte en almacén de alfalfa, y posteriormente, en sala de cine.      

  En 1975 el IRYDA traspasa la propiedad de la bodega a la E.L.M. del Real Cortijo de san Isidro. Este la arrienda para criadero de champiñón, encalando la cueva y destruyendo tinajas y parte de suelos y paramentos.

  En 1987 se anula el arrendamiento anterior y la Comunidad de Madrid reconstruye la techumbre del lagar.  

  En la actualidad el Cortijo depende de Aranjuez en algún sentido y  la bodega la explota una empresa privada. 


miércoles, 23 de abril de 2025

Curiosidades de Madrid. El Real Canal de Manzanares

   

Un proyecto de infraestructura muy ambicioso y con enormes dificultades técnicas, naturales y económicas. El objetivo era unir Madrid con Aranjuez por un canal navegable y en Aranjuez se dividiría el canal para ir a Lisboa por el Tajo o por otro canal a Sevilla, según proyecto de Isidro Gonzales Velázquez.                                                                                                                                     El Real Canal en una litografía del siglo XIX. 
     

 Las obras comenzaron en septiembre de 1770 por iniciativa privada de Pedro Martinengo mediante real cédula con una concesión del canal y sus beneficios a 30 años. En 1778 se había ejecutado hasta la octava esclusa. El Canal no obtuvo la calificación de Real Canal hasta que el rey Carlos III lo compró en 1779, pero no gastó más allá que en su mantenimiento y la construcción de la novena esclusa. En la época de Fernando VII se hubo de ejecutar obras de reparación y se prolongó la obra hasta las inmediaciones del  rio Jarama.  Aunque el proyecto nunca fue acabado, sí se consiguió la navegación hasta la última esclusa, muy cerca de Rivas-Vaciamadrid. 

 El Canal arrancaba cerca del puente de Toledo, pasaba por el actual parque de la Arganzuela y el Matadero, y llegó al embarcadero en Vaciamadrid.​ De acuerdo con el El indicador de Madrid para el año 1858 (Índice General), recorría un total de 23 1351/3 varas, o 3,49 legua y tenía diez esclusas,​ un número considerado «exagerado» para una distancia tan corta.​ 

  En la actualidad se conservan relativamente en buen estado diferentes instalaciones del Canal. En el Tramo 2 del Parque Lineal del Manzanares se encuentra lo que fuera el complejo de la Casa de la Cuarta Esclusa, hoy catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Ayuntamiento de Madrid. También son apreciables los restos arqueológicos de las esclusas desde la quinta hasta la décima y última, así como diferentes puentes y acueductos: el del Congosto, Cambroneras y Migueles-Hundimiento. También siguen en pie algunas construcciones de la época de Fernando VII que sirvieron para la construcción del Canal.

   Con la llegada del ferrocarril el Canal de Manzanares perdió su sentido y no pudiendo competir con las nuevas tecnologías fue clausurado. En 1862 fue subastado por lotes a compradores privados.


lunes, 7 de abril de 2025

Curiosidades de Madrid. El paseo de los ocho hilos.

   

  A mediados del siglo XIX en coincidencia con el trazado del ensanche propuesto por el urbanista y arquitecto Carlos María de Castro, se plantaron en el tramo de la calle,  entre el puente  y la puerta de Toledo, cuatro hileras de arboles en cada lado.   

   Debido a este motivo, paso a llamarse  Paseo de los Ocho Hilos. Ahora bien, no duro mucho, ya que el 7 de noviembre de 1902 cambio su nombre por el de calle de Toledo. 

   Aunque hoy ya no poden verse las ocho hileras de árboles, nos queda la hilera central del paseo, con sus espectaculares cedros del Himalaya, unas coníferas de colgantes ramas color verde grisáceo. 

  Las personas que entraran a Madrid desde el camino a Toledo, cuando el paseo estaba en su plenitud, recibirían una fuerte impresión al atravesar sucesivamente el monumental Puente de Toledo e introducirse después en este paseo, ascendente, decorado con estatuas y cortado por las larguísimas hileras de árboles.

  


jueves, 13 de febrero de 2025

Curiosidades de Madrid. Animales enjaulados.

     

   Se conoce que ya Felipe II exhibió durante mucho tiempo un león en el patio del antiguo Alcázar y también su afición por los espectáculos de lucha de animales  de diferentes especies.

   Pero fue en el siglo XVI,  cuando nobles y reyes  exhiben animales enjaulados en sus palacios y fincas de recreo.  Don Francisco de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma, valido de Felipe III, expuso en su quinta del Prado de los Jerónimos una colección de animales en la que había monos y conejos. El conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, solía organizar en el Palacio del Buen Retiro espectáculos basados en la lucha de fieras llegadas de América, como jaguares y panteras. Esta colección del Buen Retiro fue incrementándose con animales como guacamayos, loros, tucanes, ocelotes, pumas, monos, caimanes, serpientes, etc.   

   No obstante fue en 1774. cuando es inaugurado por Carlos III el primer zoo. Se instaló junto al Jardín Botánico, en el espacio que hoy ocupa la Cuesta de Moyano, y se construyó como añadido para el futuro Gabinete de Ciencias Naturales, edificio que hoy acoge el Museo del Prado. 

   A finales del siglo XVIII, esta primera colección animal se mudó a otra esquina del Jardín del Retiro, junto a la Puerta de Alcalá, dotándola de mejores instalaciones.  

    La Guerra de Independencia, supuso un duro golpe para la Casa de Fieras. Muchos animales perecieron y los que sobrevivieron lo hicieron en penosas condiciones. Cuando finalmente se expulsó a los franceses de la capital, el parque animal presentaba un aspecto deplorable.

  Con Fernando VII, en 1830, se ampliaron y mejoraron las instalaciones trasladándolas al lado de la puerta de Alcalde Sainz de Baranda. La Casa de Fieras fue concebida como recinto de recreo de la familia real y su mantenimiento corría a cargo del llamado Bolsillo Secreto de Su Majestad, una partida presupuestaria que disfrutaban y distribuían los monarcas a su antojo.   

  De esta época es “La Leonera”, un edificio de dos plantas que mostraba jaulas para tigres, panteras, hienas y chacales en la planta inferior, y en la superior acogía las estancias para la familia real y sus huéspedes, decoradas con animales disecados.

   La reina Isabel II amplió la Casa de Fieras y adquirió nuevos animales, entre ellos una pareja de elefantes. La hembra murió y fue sustituida al poco por la elefanta “Pizarro”, uno de los animales más famosos en la historia del parque, procedente de un circo parisino. 

   Un buen día, la elefanta arrancó la cadena que la fijaba y salió a la calle entrando en una bodega de vinos. Después de beber a sus anchas, enfiló la Calle de Alcalá y concluyó el festín en el Horno de San José, donde pudo comer panes y pasteles hasta que los guardias consiguieron llevarla de nuevo a su jaula.

   Con la Revolución “Gloriosa” de 1868, el parque del Buen Retiro y la Casa de Fieras, hasta entonces de uso y disfrute exclusivo de los monarcas, se abrieron al público y el Ayuntamiento asumió su gestión. 

   La llegada del vallisoletano Cecilio Rodríguez, Jardinero Mayor del Ayuntamiento, imprimió un nuevo aire a la zona. Acondicionó los paseos y los jardines de la Casa de Fieras. Convirtió el espacio en un suntuoso jardín español, al estilo del Parque de María Luisa en Sevilla, en el que se ubicaron las jaulas de los animales, dotando al recinto de avenidas y adornándolo con bancos de estilo andaluz. Se incrementó la fauna con avestruces, cebras, elefantes, antílopes, osos polares y un hipopótamo.

   Con el estallido de la Guerra Civil y el bombardeo de Madrid en 1936, la Casa de Fieras vivió muy malos momentos. Muchos animales murieron de hambre y otros fueron sacrificados para servir de alimento a los madrileños, hambrientos por el asedio de los golpistas.   

  La no participación de España en la II Guerra Mundial permitió que, desde otros países europeos, se enviaran animales evacuados a la institución madrileña. Llegaron osos, tigres, leones y simios del zoo de Munich. 

   En 1972, se abrió  el zoológico en la Casa de Campo, donde la mayoría de los animales podrían vivir en espacios abiertos y mucho más amplios. Aquellos seres enclaustrados fueron los primeros en disfrutar de los aires de democracia y libertad que respiraba la España de los años 70.

   Con el traslado de los animales, los pabellones se desmantelaron y cesó para siempre la actividad de la Casa de Fieras. En 2013, se decidió transformar “La Leonera”, en la Biblioteca Pública Eugenio Trías.